La guerrilla colombiana del ELN ha confirmado su autoría en la masacre ocurrida en el caserío de Pueblo Nuevo, en el Departamento de Nariño, donde el pasado 27 de noviembre trece personas fallecieron. Una vez más, la trágica noticia se conoció tarde en el resto del país y fue hasta este viernes que el grupo armado reconoció su responsabilidad.
Aparentemente, el abandono estatal a estos municipios al sur de Colombia crece cada día. El pasado mes de octubre, otra matanza sacudió la región cuando nueve campesinos fueron asesinados en una protesta cocalera, pero la noticia se supo mucho después.
El ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, señaló escuetamente que habría registro de un “posible” enfrentamiento entre grupos armados, sin embargo, el ELN publicó un comunicado en el que asegura que las muertes ocurrieron en un combate entre sus miembros y las autodenominadas Guerrillas Unidas del Pacífico (GUP).
La región es una de las más afectadas por el conflicto armado, a raíz de los cultivos de coca. Miles de habitantes viven aterrorizados, ante los constantes enfrentamientos entre grupos armados irregulares que buscan controlar territorios.
En el comunicado, el ELN relata que sus militantes se dirigieron a ese territorio para enfrentarse con el GUP, como retaliación a rencillas ocasionadas por el presunto asesinato de nueve líderes sociales entre junio y octubre de este año, por parte de estos últimos.
De acuerdo con los datos suministrados por el grupo guerrillero, durante el enfrentamiento trece personas fallecieron, mientras que otras 71 se vieron forzadas a desplazarse. No obstante, la versión oficial aún no se esclarece, ya que la Revista Semana publicó una historia que desacredita lo afirmado por el ELN.
Según el medio de comunicación, la masacre ocurrió aproximadamente a las cinco de la tarde, durante una fiesta de cumpleaños a orillas de un río. Presuntamente, los hombres armados y camuflados llegaron al lugar, preguntando por el anfitrión, un exguerrillero de las FARC.
La revista asegura, que el hombre habría empezado a residir en el pueblo unos ocho meses atrás, luego de pasar por una de las zonas veredales creadas durante el proceso de paz. Conforme al relato, los guerrilleros dispararon a mansalva mientras los invitados se resguardaron, unos en el río, otros en la selva. Trece personas murieron, y tres quedaron heridas – dos de ellas menores de edad.
El Gobierno nacional no ha emitido una versión oficial sobre el terrible hecho. Desde el pasado 1 de octubre, el Gobierno y el ELN pactaron un cese al fuego como parte del proceso de negociación de paz, sin embargo, la violencia ocasionada por el grupo irregular no se detiene.
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