Nuevos ataques aéreos y bombardeos por parte del Gobierno de Siria, en los suburbios asediados y controlados por los rebeldes de la capital han dejado al menos 260 muertos en los últimos días.
Las fuerzas del gobierno sirio y la aviación rusa no han mostrado signos de ceder su ataque indiscriminado aéreo y de artillería en el este de Ghouta, desde que se intensificaron las protestas la noche del domingo.
Al menos 260 personas han muerto desde ese día, según el grupo de vigilancia del Observatorio Sirio de Derechos Humanos con sede en Gran Bretaña, incluidas 10 personas en una ola de huelgas en la ciudad de Kafr Batna el miércoles.
El grupo de búsqueda y rescate de la Defensa Civil siria, también conocido como los Cascos Blancos, informó que las fuerzas del gobierno atacaron la ciudad con bombardeos aéreos, fuego de artillería y bombas de barril.
Tambores de petróleo llenos de explosivos cayeron desde helicópteros a gran altura. El Ghouta Media Center, administrado localmente, informó sobre ataques en Kafr Batna y otras ciudades de la región fuera de Damasco.
El ejército ruso está apoyando a las fuerzas del presidente sirio Bashar Assad y su participación fue crucial para el asalto total en la mitad oriental de la ciudad más grande de Siria, Alepo, a finales de 2016 para expulsar a los rebeldes de su enclave allí.
Decenas de miles de civiles terminaron huyendo de sus hogares, de los cuales la mayoría no han podido regresar, mientras que cientos más fueron asesinados en bombardeos. Una investigación subsecuente de la ONU determinó que la campaña equivalía al desplazamiento forzado de una población y se elevó al nivel de un crimen de guerra.
Al menos 400,000 personas han muerto en la guerra civil de Siria, provocada por una violenta represión de las manifestaciones populares contra Assad en 2011.
