Global Air, la aerolínea mexicana dueña del avión siniestrado en La Habana el pasado 18 de mayo, publicó un comunicado en el que informaban que, según su investigación, el siniestro se debió a un fallo humano.
Según el comunicado, “la tripulación despegó la aeronave con un ángulo de ascenso muy pronunciado, creando una falta de sustentación que trajo como consecuencia el desplome de la aeronave”.
Esta declaración causó crispación dentro del sindicato de pilotos mexicanos que tacharon el comunicado de “irresponsable” ya que los resultados de las investigaciones oficiales aún no se han publicado.
Un portavoz del mismo sindicato expresó que la aerolínea buscaba eludir su responsabilidad y defender sus intereses culpando del siniestro a la tripulación.
La empresa aclaró que pudo llegar a esas conclusiones gracias al análisis de los registradores de voz y vuelo, mejor conocidas como caja negra. Gracias a lo encontrado en la caja negra se pudo reconstruir el vuelo.
Los organismos que participaron en la investigación fueron: Instituto de Aviación Civil de Cuba (IACC), la Dirección General de Aeronáutica Civil de México (DGAC) y el Buró de Investigación de Accidentes (NTSB, en inglés).
En el mismo comunicado, la empresa quiso “resaltar que tanto la suspensión de actividades de la empresa, así como la verificación técnico administrativa mayor extraordinaria se hicieron ilegalmente y que dichas circunstancias ya se hicieron del conocimiento de las instancias jurisdiccionales”.
Aunque el avión Boeing 737-200 pertenecía a Global Air, era operado por Cubana de Aviación que había alquilado el avión un mes antes del accidente.
