Oscar Muñoz Toledo, de 56 años de edad, fue detenido el pasado jueves en Santiago de Chile acusado de siete cargos de abuso de menores. La información fue suministrado a los medios de comunicación por parte de fuentes judiciales.
En enero pasado, Muñoz Toledo se había autodenunciado por abuso de menores ante la Oficina Pastoral de Denuncias del arzobispado, que tomó la decisión de separarlo de su cargo dos semanas antes de la visita del Papa Francisco al país sudamericano.
Los hechos por los que se acusa al excanciller ocurrieron entre el año 2002 y principios de 2018 e incluye una serie de abusos sexuales contra menores de 11 y 17 años. Los medios chilenos han informado que cinco menores de los abusados son sobrinos del sacerdote.
En junio pasado la Fiscalía incautó documentos y ordenadores del obispado de Rancagua y el Tribunal Eclesiástico de Santiago buscando expedientes y antecedentes que pudieran relacionarse con una serie de denuncias contra un grupo de sacerdotes acusados de abuso sexual.
Los escándalos por abusos a menores de edad es un tema álgido en la sociedad chilena en los últimos años. Durante su visita a Chile, el Papa Francisco aceptó la renuncia de cinco obispos incluidos dentro de un grupo de 34 religiosos que fueron citados a El Vaticano.
Juan Barros y Horacio Valenzuela, ambos obispos, fueron apartados de sus cargos tras descubrirse el encubrimiento de los abusos sexuales del párroco Fernando Karadima. Este hecho causó una gran controversia, pues inicialmente el sumo pontífice había defendido a ultranza a Barros asegurando que las acusaciones eran una grave calumnia en su contra.
Después de comprobarse la veracidad de los hechos, el Papa Francisco debió disculparse públicamente con todas las víctimas del acusado Karadima.
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