Hace aproximadamente 4.000 millones de años, luego de que una nube interestelar colapsara sobre sí misma y creara el Sistema Solar, la Tierra era un infierno. La corteza todavía no se había condensado por completo, la atmósfera hacía una presión hasta 100 veces mayor que la actual y a pesar de todo, ya existían seres vivos.
Es lo que implican los resultados de una investigación dirigida por la Universidad de Tokio, que ha analizado unas acumulaciones de grafito de hace 3.950 millones de años, halladas en rocas de Labrador, al este de Canadá.
La revista Nature, publicó que la composición del grafito, incrustado en las rocas más antiguas sobre la superficie terrestre, sólo se puede explicar si lo produjeron seres vivos.
El descubrimiento se une a otras evidencias que sitúan el origen de la vida antes de hace 3.800 millones de años. Se había pensado que la vida no podía haber nacido antes de esa época porque hasta entonces la Tierra habría sufrido una lluvia de asteroides, que duró 300 millones de años.
El pasado mes de marzo, otro equipo de investigadores publicó el descubrimiento de lo que pueden ser los fósiles más antiguos del planeta, de hace entre 4.280 y 3.770 millones de años, que expande la posibilidad de que la vida hubiera proliferado ya durante del Bombardeo de meteoritos.
Ahora, el actual hallazgo de grafito de origen biológico de 3.950 millones de años de antigüedad no solamente ratifica la existencia de microorganismos en esa época, sino que además da rastros sobre qué clase de seres eran, basándose en las declaraciones por correo electrónico de Tsuyoshi Komiya, científico de la Universidad de Tokio y primer autor de la investigación.
“Estimamos que eran organismos evolucionados, por lo que debemos considerar que la vida ya contaba con una larga historia hace 3.950 millones de años”, agregó Komiya, quien continúa indagando sobre el tema.
