El príncipe Harry y la actriz estadounidense Meghan Markle se casaron este sábado en la ciudad de Windsor
Asistió una multitud e invitados especiales entre los cuales hubo más celebrities que integrantes de la realeza.
En medio de un gran operativo de seguridad, desde muy temprano ingleses y turistas extranjeros se agolparon en los alrededores del castillo a la espera de la ceremonia.
Al llegar a la capilla St. George del castillo, en uno de los vehículos de la familia real, Megan lució su impactante vestido diseñado por Clare Waight Keller, directora artística de Givenchy.
Hubo sonrisas y mucha emoción en el momento que Harry y Megan se encontraron frente al altar. "Estás espectacular", le dijo él.
La ceremonia religiosa fue oficiada por el Decano de Windsor, que es el jefe espiritual de la Capilla de St. George. El líder de la Iglesia Episcopal estadounidense, Michael Bruce Curry, dio un emotivo y el arzobispo de Canterbury presidió los votos.
Ya concluida la sorprendente y cálida ceremonia en la capilla, Meghan y Harry salieron de St. George como marido y mujer.
A la salida del palacio, los esperaba la guardia de honor, el pelotón de los compañeros de Harry en Afganistán.
El beso que se dieron en la puerta de la iglesia fue otro de los pasajes más emotivos de la boda.
Los Duques Sussex demostraron su complicidad en el momento del I will.
La Reina Isabel II y el duque de Edimburgo en la boda de su nieto, el príncipe Harry.
El Príncipe Carlos celebrará por la tarde una segunda fiesta, reservadísima esta vez a 200 invitados, en la cercana Frogmore House, donde la pareja pasará la noche de bodas.
Los Duques de Cambridge lucieron impecables junto a sus dos hijos mayores, George y Charlotte. Esta es la primera aparición de la duquesa de Cambridge, poco menos de un mes después de dar a luz a su tercer hijo.
El príncipe Carlos -padre de Harry- y su esposa Camilla Parker Bowles, posan junto a los Duques de Cambridge y la madre de Meghan Markle luego de la histórica ceremonia.
Meghan Markle lució un elegante y minimalista vestido blanco y un largo velo sujetado por una preciosa tiara.
En la carroza tirada por caballos la pareja emprendió su famoso tour de tres kilómetros por Windsor, a pleno sol, para saludar a los miles de fans que esperaban desde muy temprano su paso.
Al finalizar el desfile, los novios volvieron al castillo para las dos recepciones: una para 600 invitados y otra, más íntima, para 200.