Un nuevo estudio, ha revelado que 99{85db668b0f501e45db51c03e911509520c47fa73ba3d2725b4a2b675de9388a7} de los jugadores de fútbol americano presentan señales de Encelopatía Traumática Crónica (CTE, en sus siglas en inglés), una dolencia degenerativa relacionada con los golpes en la cabeza. Desde hace algún tiempo, las investigaciones apuntaban a que la práctica de este deporte, podría generar lesiones cerebrales a largo plazo, sin embargo, los estudios aun no son concluyentes.
El estudio publicado en el Journal of American Medical Association basa sus datos, en el estudio realizado por miembros de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston y el hospital de veteranos de Boston, a 111 cerebros donados por exjugadores de la NFL, de los cuales se encontraron lesiones cerebrales en 110 de los analizados.
Asimismo, el estudio encontró una significativa relación entre la proporción de lesiones cerebrales y el nivel de práctica deportiva que habían tenido los individuos. En este sentido, determinaron una incidencia de 21{85db668b0f501e45db51c03e911509520c47fa73ba3d2725b4a2b675de9388a7} en quienes habían jugado en el instituto, 91{85db668b0f501e45db51c03e911509520c47fa73ba3d2725b4a2b675de9388a7} en quienes habían jugado en la universidad, 64{85db668b0f501e45db51c03e911509520c47fa73ba3d2725b4a2b675de9388a7} en jugadores semiprofesionales y 7 de los 8 casos que formaron parte de la liga canadiense.
No obstante, aunque la investigación no representa un veredicto definitivo, se trata de la mayor muestra estudiada hasta ahora. Desde los años 60, se han estudiado 202 cerebros, de individuos que practicaron futbol americano desde su adolescencia hasta jugar en la liga profesional.
De acuerdo con los datos hallados hasta ahora, el CTE se presenta en 87{85db668b0f501e45db51c03e911509520c47fa73ba3d2725b4a2b675de9388a7} de los casos estudiados, pero con una proporción de 99{85db668b0f501e45db51c03e911509520c47fa73ba3d2725b4a2b675de9388a7} en aquellos individuos que llegaron a ser jugadores profesionales de esta disciplina.
Esta enfermedad solo se puede certificar con total seguridad en un examen postmortem y debido al reducido tamaño de la muestra y otras variables que intervienen en la investigación, los autores del estudio no pueden extrapolar sus conclusiones a todos los jugadores de fútbol americano.
El informe solo concluye que: “en una muestra de jugadores de fútbol americano fallecidos que donaron sus cerebros para la investigación, una alta proporción tenían pruebas neuropatológicas de CTE, lo que sugiere que el CTE puede estar relacionado con la participación en el fútbol americano”.
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