Un derrumbe en la escombrera de El Troje, en el sur de la ciudad, obstruyó el canal del río Pita, una de las principales fuentes de abastecimiento del acueducto, dejando sin acceso al vital líquido a unas 600.000 personas.
Desde el pasado martes, casi un tercio de la población que reside en la capital se quedó sin agua potable. Las autoridades se encuentran solventando la emergencia, y han enviado 68 camiones cisterna para proveer a la población, en especial los hospitales.
Por su parte, el presidente del Gobierno, Lenín Moreno, decretó suspensión de la jornada laboral en los organismos públicos durante la tarde del jueves y la mañana del viernes. Algunas empresas privadas también se sumaron a la suspensión hasta que se reestablezca el servicio.
Unos 171 barrios han sido afectados en toda la ciudad, mientras que más de 600 escuelas tuvieron que cerrar sus puertas. El alcalde de Quito, Mauricio Rodas, explicó que el desprendimiento provocó un alud de alrededor de un kilómetro y medio con cerca de 150.000 metros cúbicos de lodo.
Asimismo, se confirmó el fallecimiento de un hombre de 58 años en el lugar del derrumbe; mientras que los servicios de emergencia rescataron con vida a dos personas.
El personal del servicio hídrico se encuentra trabajando de forma ininterrumpida para limpiar el canal del río. La portavoz de la empresa pública municipal Agua de Quito hizo “un llamado a la compresión por este deslave” y dejó claro que las primeras instituciones en ser atendidas fueron los centros de salud.
“Desde las 10.00 del miércoles 6 de diciembre hasta las 16.30 de este jueves 7 de diciembre, hemos atendido a 34 sectores que agrupan varios barrios con una distribución total de 7.000 metros cúbicos de agua potable”, resumió la alcaldía de Quito.
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