La Corte Penal Internacional le ha pedido al Estado, que se le permita acceder a las investigaciones que se llevan a cabo en la Fiscalía colombiana, que corresponden a altos mandos militares que se vieron involucrados en la muerte de civiles inocentes, los llamados falsos positivos.
Este modus operandi se caracterizaba por buscar a jóvenes inocentes en las barriadas pobres y ofrecerles empleo para llevarlos así, a lugares desérticos y apartados, donde posteriormente eran asesinados por militares para hacerlos pasar por guerrilleros. Con esto, los uniformados buscaban obtener recompensas económicas y ascensos en la carrera militar.
Se cree que hubo más de 7000 muertos en Colombia causados por los llamados falsos positivos. El nudo gordiano se presenta, porque a raíz del nuevo proceso de paz, se creó una Justicia Especial para la Paz (JEP) con lo cual se van a juzgar los crímenes que se cometieron en medio del fragor del combate.
Es lógico pensar que si a las FARC se les van a perdonar los crímenes, también se debería hacer lo mismo con el Ejército colombiano. Sin embargo, la Corte Penal Internacional considera que estos crímenes fueron llevados a cabo por simple ánimo de lucro con base en la desgracia de las víctimas.
Por su parte, el Gobierno colombiano, asegura que los falsos positivos fueron una consecuencia de la degradación del conflicto. En todo caso, el proceso de paz de Colombia, hace aguas por todas partes. Porque el Gobierno no le ha cumplido a la guerrilla, porque muchos guerrilleros ya se están regresando a la selva y porque se está reclutando a esta fuerza de combate por parte de muchos cárteles de la droga, entre ellos los mexicanos.
Algunos estudios no oficiales, aseguran que al menos 1000 desmovilizados de la guerrilla de las FARC se han regresado al monte, porque el Gobierno no satisface sus necesidades e incumple los acuerdos, o simplemente porque después de pasar una vida peleando, es lo único que saben hacer.
Asimismo, el ex presidente y actual senador colombiano, Álvaro Uribe, ha atacado fuertemente el acuerdo de paz intentando desbaratarlo. Si la Corte Penal Internacional, interviene llevando a juicio a estos militares colombianos, el proceso sería aún más inestable y con un peligro inminente de que se acabe. Porque quedaría el sinsabor de “sí se les perdona a los guerrilleros, por qué no se les perdona a los militares”.