María Butina, de 29 años de edad, fue detenida el pasado domingo bajo la acusación de ser una agente rusa encubierta que se encargaba de organizar reuniones secretas con figuras políticas de Estados Unidos.
Según la acusación de la fiscalía, Butina buscaba infiltrarse en la vida política estadounidense organizando reuniones secretas con figuras políticas relevantes y así poder establecer canales de comunicación secretos con agentes rusos.
La acusación contra la mujer de 29 años se dio a conocer precisamente pocas horas después del histórico encuentro entre los presidentes de ambos países en el Palacio Presidencial de Helsinki, la capital de Finlandia.
El delito que se le imputa es el de conspiración, por actuar como un agente extranjero no registrado en los Estados Unidos. La acusada compareció ante la juez el pasado lunes y se encuentra en prisión preventiva.
En caso de ser declarada culpable, se enfrentaría a una pena máxima de cinco años de cárcel. Butina ingresó al país con un visado de estudiante aun cuando no estudiaba, hecho que también está siendo investigado.
Una vez en el país, se desempeñó a las órdenes de un alto funcionario del gobierno ruso cuyo nombre no ha sido revelado. Más tarde, esta misma persona desempeñó un cargo en el Banco Central de Rusia.
Según el escrito de acusación, las líneas de comunicación establecidas por Butina “podían ser usadas por la Federación Rusa para penetrar el aparato de toma de decisiones de Estados Unidos y hacer avanzar la agenda de la Federación Rusa”.
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