México celebra hoy su fiesta nacional en medio del luto que embarga al país, por el terremoto de 8,2 grados en la escala de Richter, que vivieron hace una semana y que dejó 98 muertos y más de 2 millones de afectados, en lo que se considera el temblor más poderoso que la nación ha tenido en un siglo.
Pese a los malos momentos, en alunas lugares hay ambiente festivo y las familias hacen todos los preparativos para disfrutar de los platos típicos mexicanos en la “Noche del Grito”, como se denomina a la arenga lanzada en el año 1810 por el sacerdote Miguel Hidalgo, “el Padre de la Patria.
Sin embargo, en las localidades más devastadas por el temblor, aún siguen sintiéndose replicas, por ello las calles no se adornaron para celebrar los 207 años del inicio de la guerra de Independencia de México, la cual puso fin a siglos de dominio español.
La ciudad Juchitán fue una de las más afectadas por el fenómeno telúrico, las personas duermen al aire libre y ahora sufren de intensas lluvias debido al paso del huracán Max.
Escasez y saqueos
Sumado a esto, la falta de alimentos y las denuncias de incapacidad por parte del Ejército, la Marina y la brigadas del ministerio de Desarrollo Social y de otros organismos, para proveer agua potable, medicinas y comida.
En algunas localidades, la comunidad se ha visto forzada a organizar su propia autodefensa, por la creciente ola de robos que dejó el terremoto. Armados con palos, piedras y machetas, ahuyentan a cualquier intruso sospechoso.
Los centros de acopio continúan activos, recibiendo las donaciones de todo aquel que pueda colaborar. Pese a los esfuerzo de las autoridades por trasladar por aire diariamente toneladas de insumos, la ayuda ha sido insuficiente.
Hermenegildo Santiago, alcalde de Santa María Xaldani, declaró que el gobierno federal no está actuando rápido ni con la eficiencia que se necesita. “No alcanza la comida, no hay dónde abastecerse, no sabemos qué hacer”, añadió.
En algunos sitios se han situado mesas con medicinas comunes para la fiebre, diarrea o el dolor. Debido a las lluvias presentadas en los últimos días, las autoridades temen la propagación de alguna epidemia.
El presidente Enrique Peña Nieto, hizo un llamado durante una de sus visitas a los lugares afectados, a los militares que se están lucrando con la tragedia. Esto se debe a las constantes denuncias por parte de los damnificados, que alegan que muchos uniformados revenden los alimentos y medicinas.