Algunas zonas ubicadas al norte de México, presentan contaminación con radiactividad. Suelos, aguas y alimentos han registrado signos de irregulares que afectarían la salud de una gran cantidad de personas.
A pesar de que México no tiene armas atómicas y posee solo dos centrales nucleares encargadas de generar energía, la zona está invadida por un contaminante que no huele, no se ve y no se siente, pero puede ser mortal.
Las autoridades de las zonas afectadas han informado que Estados Unidos podría ser el causante de dicha situación. Un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que se extendió por 10 años ininterrumpidos, reveló la presencia de Cesio-137 en suelos y represas de agua en varias partes del país.
La vocera del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Tania Robles, expresó que las investigaciones han sido realizadas por un equipo liderado por el doctor Epifanio Cruz Zaragoza, del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM.
Asimismo, recalcó que dicho estudio ha podido demostrar que la contaminación de suelo y agua se ha transmitido a cultivos para consumo humano. De igual forma, la investigación ha determinado que la principal fuente de esta contaminación han sido las pruebas atómicas que Estados Unidos ha realizado cerca de la frontera con México.
Robles indicó que desde la primera detonación de una bomba atómica en el mundo, en México hay presencia radiactiva contaminante. Argumentó también que dicha detonación fue hecha por Estados Unidos en julio de 1945 en el desierto de Alamogordo, Nuevo México, a 140 kilómetros de la frontera con México.
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