La crisis en Venezuela ha afectado el trabajo de los comunicadores sociales, quienes deben enfrentarse diariamente al hostigamiento del Gobierno nacional, que reclama cualquier intento de desmentir su discurso.
Debido a esto, se han originado infinidad de denuncias sobre persecución y amenazas contra los profesionales del periodismo. Ejemplo de ello es el caso del reportero Jesús Medina, quien llevaba 72 horas desaparecido y fue encontrado fuertemente golpeado en la vía que comunica Caracas con la ciudad costera de La Guaira.
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), escribió a través de su cuenta oficial en Twitter, que Medina “fue encontrado en la carretera Caracas-La Guaira, semidesnudo y golpeado”. Sumado a esto, adjuntaron una fotografía del comunicador en primer plano con hematomas en la cara.
El SNTP ya había informado sobre la desaparición de su colega, quien trabaja para el sitio web dolartoday.com, medio que critica fuertemente a Nicolás Maduro en el área del mercado negro de divisas.
El Sindicato dio a conocer, que el reportaje hecho por el profesional sobre irregularidades en una de las cárceles más grande del país, enojo a las autoridades venezolanas.
Medina fue trasladado a una sede del Comando de Antiextorsión y Secuestro de la militarizada Guardia Nacional para “verificar su estado de salud y tomar sus declaraciones”, recalcó la organización.
Desde el día domingo, diversas figuras públicas exigían conocer el paradero del periodista. Uno de ellos fue el relator especial para la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH),Edison Lanza, asegurando que su compañero había sido retenido por la policía.
Tres días antes de su desaparición, Medina publicó un mensaje en sus redes sociales revelando el hostigamiento que vivía: “¡Atención! Comienzan las amenazas contra mi familia y mi persona por las publicaciones del reportaje de (la cárcel de) Tocorón”.
La denuncia que presuntamente generó la polémica, fue una serie de imágenes que publicó en su Twitter, de una supuesta discoteca dentro de la prisión, con reclusos de alta peligrosidad.
