El mundo se encuentra en vilo frente a la incertidumbre que representa el ascenso de Donald Trump, como presidente de uno de los paÃÂses más poderosos del mundo, Estados Unidos.
La gente quiere  hacer una conexión entre lo que es la imagen de “reality show†de Trump y lo que es EE.UU. Sólo basta hacer un pequeño recuento de que se trata de un paÃÂs con más de 300 millones de habitantes, que además cuenta con muchas de las mejores universidades del mundo, un campo intelectual de avanzada, lÃÂder en la investigación cientÃÂfica, con una democracia sólida aunque imperfecta y miles de cosas más que demuestra por qué el tÃÂo Sam está a la vanguardia.
Por eso, tenemos que tener en cuenta que Trump dirigirá para bien o para mal, una potencia mundial. Él tiene el poder de cambiar el mundo significativamente, entre el sufrimiento o el exterminio de millones y por qué no, la suerte del planeta.
Durante la campaña para la presidencia, el Sr. Trump denunció que ISIS habrÃÂa sido creado por Obama y la exsecretaria Clinton, lo cual no está nada lejos de la realidad. En Siria, se está peleando lo que se conoce como una guerra proxy o lo que el Papa Francisco ha denunciado como una tercera guerra, todo por quererse apoderar de las riquezas de Siria.
Es sumamente preocupante la gran tensión que hay entre la Casa Blanca y Moscú. Tanto como Obama, como la Sra. Clinton, estaban provocando una guerra frÃÂa con el apoyo de la OTAN.
Se espera que con el equipo de Trump, se vaya disminuyendo poco a poco, el conflicto latente entre las dos mayores potencias del mundo. El mayor beneficiado serÃÂa Siria, donde la guerra por fin pararÃÂa y se acabarÃÂa la carnicerÃÂa.
Al interior de EE.UU., las cosas no son tan alentadoras, el populismo de Trump está alentado a la “SupremacÃÂa Blanca†a ser más radical contra las minorÃÂas. Hay heridas que nunca cerraron en la historia reciente estadounidense; la violencia se verá más incrementada por cuestiones raciales.
DÃÂas antes de empacar maletas y marcharse de la Casa Blanca, Obama debió haber pensando en que quedó en deuda con el planeta entero. Todos soñamos con que él serÃÂa el cambio que la humanidad necesitaba, pero en su agenda hubo otras prioridades e incumplió con todas sus promesas de campaña.
Este lapso de empalme, será recordado por los norteamericanos como una de las coyunturas más crispantes entre un presidente saliente y el entrante. Obama ha hecho gigantescos esfuerzos para demostrar que detrás la elección de Trump, está la mano oscura de Putin, mientras Trump, sin ninguna cortesÃÂa polÃÂtica ha descalificado al actual presidente y fuera de eso ha dudado de la capacidad de los servicios de inteligencia.
El populismo no es una filosofÃÂa, ni una lÃÂnea polÃÂtica, simplemente es la manipulación de la gente, para obtener cosas ruines. Canadá no está exento de caer en garras de este tipo de politiqueros.
Por eso, ahora más que nunca, tendremos que estar todos de pie para defender los derechos que hemos heredado en este gran paÃÂs. Es tiempo de que oremos, porque el mundo encuentre un camino hacia la paz y para que el señor Trump, cambie el rumbo de EE.UU. para el bien de la humanidad.