En Venezuela, renovar el pasaporte puede llegar a ser un trámite imposible de realizar. El Gobierno alega que esto se debe a la falta de material para imprimirlos, pero la oposición asegura que la corrupción y el pago ilícito de dicho proceso, son los problemas principales.
El problema ocurre en un momento en el que el éxodo de venezolanos por la crisis, hace crecer la necesidad de obtener nuevos documentos. Aunque las autoridades no han ofrecido cifras oficiales, los medios de comunicación nacionales han informado que entre 1,5 y 2 millones de personas han abandonado el país en los últimos años producto de la inseguridad, la elevada inflación, la escasez de productos básicos o el desacuerdo con el gobierno de Maduro.
En un decreto publicado en Gaceta Oficial con fecha de 8 de octubre, el gobierno establece que el pasaporte venezolano, el cual tiene una vigencia de cinco años, “podrá ser prorrogado por un periodo de dos años contados a partir de la fecha de su respectiva revalidación”.
Asimismo, explican que “en este contexto se hace necesario adoptar medidas especiales que permitan garantizar la expedición del documento de viaje, así como un mecanismo que permita prorrogar su validez”.
El presidente no ha dado detalles sobre el porqué de esta medida, pero si ha reconocido que existe un problema en las oficinas del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime) y en la espera de meses hasta conseguir el documento.
De acuerdo con las cifras no oficiales manejadas por la oposición, en el año 2016 se expidieron 300.000 pasaportes, número muy lejano de los 1,8 millones de peticiones realizadas durante este período. El director del Saime, Juan Carlos Dugarte, ha indicado que la brecha más fuerte de la institución es la falta de papel.
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