Nacido en Livno, ciudad que ahora pertenece a Bosnia, Zlatko Dalic es un exfutbolista y entrenador que nunca ha militado o dirigido en grandes clubes europeos. El actual seleccionador croata es reconocido por su fe cristiana, a la que se aferra para enfrentar todos los retos que se le presentan.
“Al lado de la casa de mis padres había un monasterio franciscano, en Gorica. Antes, en un tiempo diferente, era monaguillo, era feliz de ir a misa, mi madre me enseñó y me dirigió a la fe. Soy un creyente todo el tiempo, y así crío a mis hijos. Todos los domingos intento ir a la iglesia”, dice.
Durante la Copa del Mundo, ha dejado una imagen, cuanto menos, curiosa: Su mano derecha está siempre en su bolsillo. La razón es que siempre lleva un rosario al que aprieta con fuerza ya que “siempre lo llevo en la mano y rezo antes de cada partido. Doy gracias a Dios porque me ha dado fuerza y fe”.
Como futbolista, Dalic no tuvo una trayectoria reconocida. El equipo más importante en el que estuvo fue el Hajduk Split, uno de los más grandes de Croacia, hasta en tres ocasiones y nunca por más de tres años.
Como entrenador, su paso más reconocido fue por el Al-Ain de Arabia Saudita. En este club ganó el campeonato local, la copa y la supercopa. También estuvo cerca de lograr la Liga de Campeones de Asia, pero perdió la final con el Jeonbuk Hyundai Motors de Corea del Sur.
Luego de una eliminatoria convulsa en la que Croacia estaba en riesgo de quedar por fuera de la Copa del Mundo, Davor Suker, Presidente de la federación croata, decidió despedir a Ante Cacic y poner al frente de la selección a Zlatko Dalic, quién había sido contratado para encargarse de la sub 21.
El cambio de mando se hizo apenas 48 horas antes de jugar un encuentro decisivo ante Ucrania por la clasificación. Su debut fue esperanzador: Venció 0 – 2 a Ucrania y se aseguró jugar el repechaje contra Grecia. Contra los helenos, solventaron su eliminatoria sin problema: 4 – 1 en Zagreb y 0 – 0 en Atenas.
Lo que los jugadores más destacan de Dalic es su cercanía con ellos para hacerlos sentir en confianza, sin que eso signifique que no toma decisiones cuando debe tomarlas. Durante el primer encuentro del Mundial, en el que vencieron 2 – 0 a Nigeria, el entrenador le iba a dar entrada a Nikola Kalinic en los minutos finales, pero el delantero se negó.
Lo que argumentó el jugador del Milan es que tenía dolor de espalda. Al día siguiente, el entrenador anunciaba en rueda de prensa que Kalinic no seguiría formando parte de la selección durante el torneo, pues los supuestos dolores fueron una excusa para no entrar al terreno de juego.
Dalic comanda una selección con jugadores de gran talento y experiencia, pero también con historias de superación familiar a raíz de la guerra de los Balcanes. El pueblo croata, víctima de discriminación étnica durante años, sueña ahora con llegar a lo más alto gracias a un entrenador que, al igual que ellos, nunca perdió la fe.
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