Vulnerabilidad del ser humano y medio ambiente ante un arma nuclear

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    Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Rusia, China, Israel, Pakistán, India, Irán y Corea del Norte son naciones con capacidad nuclear reconocida.

    A lo largo de la historia se ha confirmado innumerables veces como las explosiones nucleares generan efectos destructivos tanto para el ser humano como para su medio ambiente, ya sea de forma inmediata – primaria o tardía – secundaría.

    De acuerdo a los registros históricos la primera prueba y explosión de un arma nuclear se realizó el 16 de julio de 1945, en Estados Unidos. Con esa bomba se inició la era del armamento nuclear.

    En la primera etapa de esta era se dieron las detonaciones nucleares más resaltes de la historia: Hiroshima y Nagasaki. Este periodo culminó en 1991, con la desaparición de la Unión Soviética.

    No obstante, la proliferación nuclear continúo y con ello se dio paso a la segunda era, donde surgieron nuevas potencias sin armamento de este tipo y la amenaza del terrorismo apocalíptico.

    Ya en la tercera era nuclear encontramos que a pesar de que 189 países han firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), todavía existen formalmente diez naciones con capacidad nuclear reconocida. (Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Rusia, China, Israel, Pakistán, India, Irán y Corea del Norte).

    Acciones recientes

    A pesar de Corea del Norte ha recibido fuertes sanciones por realizar ensayos nucleares esto no ha servido de freno para que la nación se detenga, prueba de esto es su quinto ensayo nuclear realizado este 9 de septiembre. La alerta fue emitida por los sismólogos estadounidenses tras detectar un sismo de magnitud 5.3 en la escala de Richter.

    Ya en enero de este año norcorea había realizado la primera prueba de una bomba de hidrógeno, más potente que las ordinarias bombas atómicas. Este último ensayo es la ratificación de la capacidad nuclear que posee Corea del Norte, asimismo, muestra la proliferación de las armas atómicas particularmente en naciones políticamente inestables.

    Una de cada 80 personas expuestas a radiaciones ionizantes morirá de cáncer

    Ante este tipo de acciones es indudable preguntarse ¿cuál es la vulnerabilidad del ser humano y medio ambiente ante un arma nuclear?

    El principal daño a la salud del ser humano y al resto de los seres vivos se materializa en la capacidad que poseen las sustancias radiactivas en alterar el ADN de las células, haciéndolas proclives al cáncer, especialmente cuando son ingeridas, esto en relación a lo que es la energía nuclear.

    En lo que respecta a una explosión nuclear los daños son mayores y mucho más agresivos:

    -Quemaduras debido a la radiación térmica no causada por la radiación ionizante.

    -Riesgo de envenenamiento por radiación interno producto de la ingestión de partículas durante una lluvia radioactiva. En este caso los daños a los tejidos de órganos son letales debido a la exposición excesiva a la radiación ionizante. Esto puede ocasionar la muerte de la médula ósea, síndrome prodrómico, muerte del sistema nervioso o la muerte gastrointestinal.

    -Los daños en la piel y vasos sanguíneos son medidos a partir del Gray, la unidad que mide la dosis absorbida de radiaciones ionizantes: los efectos van desde esterilidad, perdida de cabello en la cabeza y el resto del cuerpo, aparición de ampollas y úlcera, insuficiencia pulmonar y muerte en unos pocos meses.

    -Una de cada 80 personas expuestas a un gray morirá de cáncer y una de cada 40 personas tendrá algún tipo del mismo.

    En lo que se refiere al medio ambiente las sustancias radiactivas contaminan el aire, la lluvia, los regadíos y el suelo, esto genera que los radionucleidos entren a los productores primarios de la biomasa (vegetales, hongos, algas, bacterias, entre otros), y a través de ellos pasen a los animales y a los humanos; por tanto todo el ecosistema resulta alterado.

    La prueba nuclear de los norcoreanos provocó un temblor artificial de 5,3 grados, según especialistas del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), esto podría detonar otros fenómenos naturales en la Península.

    Estos movimientos pueden ocasionar sismos artificiales de mayor magnitud, trayendo consigo efectos fatales como la detonación de alguna actividad natural, debilidad estructural en la corteza y consecuencias sin estimación.

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