Una maestra católica de Edmonton recibirá una reprimenda por escrito de la Asociación de Maestros de Alberta por enviar “mensajes de texto inapropiados” al teléfono de un estudiante varón que asistió a una escuela diferente de donde ella trabaja.
Si bien no se presentó información sobre los mensajes de texto en la audiencia de conducta, la maestra acusada aseguró en una entrevista que el cargo proviene de una pelea que tuvo con la madre del estudiante, que estaba usando el teléfono de su hijo.
“Lloré cuando leí eso”, expresó la maestra Edwina Schwede, cuándo vio por primera vez los cargos presentados contra ella por la asociación de docentes. “Estoy absolutamente enferma por esto”, añadió.
La asociación acusó a Schwede con dos cargos de conducta no profesional, que incluyen no tratar al estudiante con respeto y no actuar de una manera que mantenga el honor y la dignidad de la profesión docente.
La directora de la asociación, Elissa Corsi, explicó al panel de audiencia que “es esencial que se mantenga la protección del honor y la dignidad de la profesión en esta situación”. Luego de presentó documentos en los que el docente admitió haber actuado de forma no profesional.
Schwede, quien no asistió a la audiencia, se declaró culpable por escrito a ambos cargos de conducta no profesional por los mensajes de texto que envió el 20 de febrero de 2017.
Todas las pruebas en el caso se presentaron al comité de conducta por escrito en una audiencia pública. Los miembros del público que asisten a estas audiencias no pueden ver ninguno de los documentos presentados al comité. La asociación rechazó una solicitud para divulgar los mensajes.
La profesora acusas argumentó que los cargos surgieron de un intercambio con una mujer que contrató para limpiar su casa cuando se mudaba. La mujer no tenía teléfono y estaba usando el teléfono móvil de su hijo para comunicarse con ella.
Cuando Schwede le dijo a la mujer que abandonara su propiedad antes de terminar el trabajo, la señora la llamó “patitas”, ya que la profesional tiene una extremidad artificial.
A lo que ella le contestó que preferiría no tener piernas que no tener cerebro, y apagó su teléfono con frustración. Aunque lamenta su respuesta, expuso que los mensajes se tomaron fuera de contexto.
