Masahito Yoshida era un japonés promedio. Vivía en la ciudad de Tottori, capital de la misma prefectura, y ocupaba todo su tiempo libre en ver programas de televisión que mostraban las travesías de los viajeros alrededor del mundo.
Corría el año 2009 cuando decidió llevar a cabo una hazaña que tenía tiempo rondando por su cabeza: Caminar alrededor del mundo. Yoshida estaba decidido a dejar atrás su apacible vida y su trabajo estable en su natal Japón para empezar a ser el protagonista de su propia hazaña.
Su punto de partida fue la ciudad china de Shanghái, desde donde se propuso llegar a uno de los puntos más alejados que pudiera encontrar. Su primer destino fue Cabo de Roca, en Portugal. Llegó a su destino luego de un año y ocho meses de caminata acompañado solamente por un carro de metal en donde, según él, llevaba lo necesario: Un recuerdo de su familia, ropa, agua y una tienda de campaña.
Atravesó Europa desde Rusia hasta Portugal, donde abordó un avión que lo llevó hasta Nueva Jersey, Estados Unidos, donde empezó a caminar hasta llegar a Vancouver, Canadá.
Su travesía lo siguió llevando alrededor del mundo visitando países como Australia, Singapur y Vietnam, donde debió hacer un alto en el camino debido a unos problemas de salud que lo hicieron bajar de peso considerablemente.
Una vez recuperado, decidió caminar alrededor de 30 kilómetros diarios para poder abandonar el país debido a que su visado estaba a punto de caducar. Su último destino en esa primera experiencia alrededor del mundo fue Taiwán, desde donde regresó a su país dispuesto a compartir todas sus experiencias.
Sin embargo, para Masahito Yoshida una primera caminata de cuatro años y 40.000 kilómetros alrededor del mundo no fueron suficientes, quería ir por más.
Un año después, en el 2014, este intrépido japonés se encontraba en África dispuesto a emprender una segunda aventura que lo siguiera llevando a “conocer lugares sorprendentes y seguir entendiendo la capacidad que tenemos de sobreponernos a lo desconocido”.
En este segundo recorrido, Yoshida salió del puerto egipcio de Alejandría y recorrió Sudán, Etiopía y Tanzania conociendo “gente y animales que no conoces si viajas en bus”.
Después de recorrer alrededor de 77.500 kilómetros alrededor del mundo en dos etapas, este hombre asiático ha decidido que su historia de aventuras ha terminado. Y ha decidido que sea en Canadá.
Luego de cuatro años de intensa travesía, ha decidido que su punto de llegada está en Tuktoyaktuk, en los territorios del noroeste canadiense, a donde llegó luego de 3 días de caminata desde Inuvik.
En su caminata por Canadá, ha reconocido que los lugareños son “muy amables”. Se ha mostrado agradecido ya que ha recibido comida y agua y se ha mostrado complacido de “conocer mucha gente local, son personas que se ayudan mutuamente”.
Todos los canadienses deben unirse para apoyar el Trans Mountain Pipeline
