Este lunes se confirmó el asesinato del expresidente de Yemen, Ali Abdalá Saleh, a manos del grupo rebelde chií de los hutíes. El hecho fue anunciado por miembros de su partido, Congreso General Popular (CGP), quienes cuestionan la posibilidad de que haya habido un acuerdo con Arabia Saudí luego de que Saleh rompiera su alianza con los rebeldes.
El grupo armado habría difundido pocas horas después del asesinato, un vídeo en el que se aprecia, entre gritos de alegría y revancha sectaria, a combatientes hutíes arrastrando el cuerpo de Saleh envuelto en una manta y cargándolo en una camioneta.
Asimismo, a través del canal Al Masirah, fue transmitido un discurso del líder de los hutíes, Abdelmalek al Huti, quien defiende el suceso, calificándolo de “extraordinario” e “histórico”.
“Vuestra guerra ha fracasado. Jamás tendréis éxito en vuestro objetivo”, ha declarado al Huti, en referencia a Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, los dos países que encabezan la coalición árabe, tras volver a acusar al ex presidente de “traidor”.
Saleh se encontraba tratando de huir de Saná en un convoy que fue interceptado al sur de la ciudad, por milicianos Huthi que dispararon un lanzagranadas para detenerlo. Según voceros del CGP, citadas por Reuters, tras descubrir al expresidente en el vehículo, los rebeldes le dispararon en la cabeza.
Analistas y residentes de Saná, temen por un recrudecimiento de la guerra a raíz de este suceso. Se conoció que la coalición liderada por Riad, ha intensificado los bombardeos en la zona.
El coordinador humanitario para Yemen de la ONU, Jamie McGoldrick, ha solicitado detener los combates y continuos ataques este martes, para “permitir que los civiles abandonen sus viviendas y busquen ayuda y protección, y facilitar así el movimiento de los trabajadores humanitarios”.
