Los cultivos son una parte imprescindible para la vida actual, el crecimiento exponencial de la población y de los asentamientos urbanos, ha hecho necesario el uso de pesticidas y repelentes que permitan desarrollar alimentos en menos tiempo y sin el riesgo de que las plagas los dañen. Asimismo, los cambios climáticos y las condiciones agrestes de algunas regiones dificultan la producción de comestibles.
Generalmente, para contrarrestar los agresivos cambios meteorológicos, se hace uso de invernaderos, cuya función es simular las condiciones climáticas adecuadas para la germinación de cada tipo de plantación. Sin embargo, los sembradÃÂos en invernaderos tradicionales requieren un considerable gasto de energÃÂas no renovables y también suelen implicar un gran consumo agua dulce.
Varios investigadores, han centrado esfuerzos en la búsqueda de alternativas, para generar cultivos en regiones que no disponen de los recursos mÃÂnimos necesarios para emplear los invernaderos convencionales. Además, una de las prioridades ha sido, la necesidad de disminuir el impacto que tienen estos métodos de producción en el medio ambiente.
Siguiendo estas premisas, en Port Augusta, una región árida de Australia, ya se ha puso en funcionamiento uno de los primeros prototipos para sembrar en el desierto. Estos innovadores invernaderos, funcionan solo a base de luz solar y agua salada de mar y han permitido el cultivo de 17.000 toneladas de tomate. Los desarrolladores iniciaros el diseño del proyecto en el años 2010, pero su construcción pudo ejecutarse hasta el 2014 y hasta este año fue presentada al público.