A través de 20 ediciones de la Copa del Mundo hemos podido ser testigos de innumerables records que dejan en los anales de la historia a sus protagonistas.
Por ejemplo, en Corea del Sur – Japón 2002 el turco Hakan Sükür inscribió su nombre en la historia del fútbol al haber anotado a los 11 segundos el gol más rápido en la historia de los mundiales. También hay records a nivel colectivo, como por ejemplo que Brasil sea la única selección que ha participado en todos los mundiales disputados hasta ahora.
Sin embargo, hay un record muy particular y no es precisamente por algo positivo. Este “anti record” le pertenece a un uruguayo que quiso mostrarle al mundo por qué el sello distintivo de su selección es la garra, la entrega, dar el todo por el todo.
Viernes 13 de junio de 1986. En el estadio Neza 86 de Nezahualcóyotl en México, se enfrentaban la Uruguay de Enzo Francescoli y la Escocia de Gordon Strachan. Era el último encuentro del Grupo E y ambas selecciones se disputaban el último cupo para los octavos de final.
Tras el inicio pitazo inicial del francés Joël Quiniou, no pasó ni siquiera un minuto antes de que José “Charly” Batista”, lateral derecho uruguayo, propinara una fuerte patada a la figura de los británicos. Strachan cayó al suelo y quedó tendido sintiéndose del dolor mientras que Batista se levantó pretendiendo que no había pasado nada.
El árbitro francés, que había observado la acción de frente, no lo dudó ni un segundo: roja para el infractor. A los 56 segundos. Inmediatamente los futbolistas uruguayos se agolparon alrededor del silbato quién solo repetía los gestos indicándole al futbolista que debía salir de la cancha.
“Es una cosa increíble. Es un récord difícil de igualar. Fue una jugada desafortunada. Pero se equivocó el árbitro. Cuando vi la jugada, surgió la posibilidad de llegar antes que el escocés a la pelota. Yo llegué primero, pero le hice palanca bastante fuerte. Pero recién estaba empezando el partido… La caída fue bastante aparatosa y, entonces, Quiniou, me largó”, recordó Batista en una entrevista al diario El País en el 2006.
Para Batista este récord es algo difícil de llevar a cuestas ya que siente que lo recuerdan por algo negativo. Aún hoy sigue esperando que alguien lo reemplace para poder “quitarme un peso de encima”.
