Han pasado más de 15 días desde la detención de Jesús Santrich, mientras el exguerrillero se mantiene firme en su huelga de hambre. Detenido en la cárcel La Picota, sus allegados aseguran que solo toma agua aromática y los médicos lo encuentran algo debilitado.
Según la Corte del Distrito Sur de Nueva York, se le acusa de conspirar para exportar 10 toneladas de cocaína a EE.UU. entre junio de 2017 y abril de 2018. Marlon Marín, sobrino de Iván Márquez e involucrado también en el mal manejo de los dineros del Fondo Colombia en Paz y detenido por este caso, hizo un acuerdo con la justicia de Estados Unidos y se encuentra en ese país.
Las autoridades esperan que Marín revele detalles sobre la presunta operación de tráfico de drogas. Armando Gómez, alias el Doctor y el abogado Fabio Younes Arboleda también fueron capturados. No obstante, la extradición de Santrich aún no ha sido solicitada por Estados Unidos y las pruebas en su contra se mantienen en reserva.
Solidarios con Santrich
Hace dos días, el grupo de Facebook “Santrich Libre” convocó a los seguidores e integrantes del partido FARC a participar en un plantón frente a las instalaciones del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec).
Alrededor de 50 personas se reunieron frente al edificio para manifestarse a favor de Santrich, alegando su inocencia y exigiendo su liberación. En contraste, en una pequeña plaza que está frente del edificio, un hombre en bicicleta se acercó. Aunque no se atrevió a encarar de cerca a los manifestantes, en la distancia los insultó, mientras daba vueltas gritando una y otra vez.
Una excombatiente de la guerrilla, que vivía en la misma casa donde fue detenido Santrich, y que desde entonces se ha dedicado a defender públicamente a su compañero, cree que su captura representa el fin del proceso de paz. “Nos sentimos engañados y traicionados” asegura.
Y esa es la constante que se respira en el ambiente, el proceso de paz en lugar de consolidarse, parece frágil, como si estuviera a punto de desmoronarse. No solo la captura de Santrich, acusado de delinquir luego de firmado el acuerdo ha causado revuelo.
En el tablero de la paz, también se ciernen las sospechas que existen sobre el mal manejo del dinero del Fondo Colombia en Paz, la falta de proyectos productivos en las Zonas Veredales Transitorias de Normalización (ZVTN) y las acciones violentas de las disidencias de las Farc que revolvieron las aguas de la opinión pública internacional, tras el asesinato de tres periodistas ecuatorianos.
Según algunos, la extradición de Santrich sería la estocada final.
“Galardón a la esperanza”
En ocasiones la realidad supera la ficción. Y es que frente a una acusación de narcotráfico pesando sobre Santrich, parece que el mundo no está convencido de su culpabilidad. Esta semana, el Comité danés de la esperanza, un colectivo que agrupa a activistas de este país nórdico, concedió a Jesús Santrich, un premio por la paz en un acto celebrado en el Ayuntamiento de Copenhague.
El premio monetario es de 50.000 coronas danesas, el equivalente a unos 8.200 dólares, que serán transferidos a la defensa jurídica del guerrillero desmovilizado. Según el comité de premiación, Santrich ha sido una figura clave en los esfuerzos para llegar a una solución negociada tras décadas de guerra civil en Colombia.
Marie Hagensen, miembro del comité, cree que su detención es “un síntoma” de que la administración estadounidense y la derecha colombiana han intentado “torpedear” el proceso de paz.