La reciente sentencia de un juez en California, Estados Unidos, que dictaminó que los vendedores de café deben publicar advertencias aterradoras sobre los riesgos de cáncer ha causado revuelo en todas partes.
Sin embargo, la comunidad científica difiere con la decisión del juez. Las preocupaciones científicas sobre el café han disminuido en los últimos años, y muchos estudios incluso sugieren que puede ayudar a la salud.
“Como mínimo, el café es neutral. En todo caso, existe una evidencia bastante buena del beneficio del café sobre el cáncer”, dijo el Dr. Edward Giovannucci, experto en nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard.
La agencia contra el cáncer de la Organización Mundial de la Salud eliminó el café de la lista de “posible carcinógeno” hace dos años, aunque dice que la evidencia es insuficiente para descartar cualquier posible incidencia.
La alerta actual no se trata del café en sí, sino de una sustancia química llamada acrilamida que se produce cuando los granos se tuestan. Las agencias gubernamentales lo consideran un carcinógeno probable, basado en investigaciones con animales, y un grupo demandó a los vendedores de café para que lo advirtieran bajo una ley de California aprobada por los votantes en 1986.
El problema con esta decisión es que nadie sabe qué niveles son seguros o riesgosos para las personas. La Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. Establece los límites de acrilamida para el agua potable, pero no en alimentos.
Un grupo de 23 científicos convocados por la agencia contra el cáncer de la OMS en 2016 analizaron el café, no la acrilamida directamente, y decidieron que el café no causaba cáncer de mama, próstata o páncreas, y que parecía reducir los riesgos de cáncer de hígado y útero.
“Al beber una taza de café al día, la exposición probablemente no es tan alta”, y probablemente no debería cambiar su hábito, aseguró el doctor Bruce Y. Lee de la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins. “Si bebes muchas tazas al día, esta es una de las razones por las que podrías considerar reducirlo”.
¿Cuál es el riesgo?
La etiqueta del carcinógeno “probable” o “posible” se basa en estudios de animales que reciben altos niveles de acrilamida en el agua potable. Pero las personas y los roedores absorben la sustancia química a diferentes velocidades y la metabolizan de forma diferente, por lo que se desconoce su importancia para la salud humana.
Un grupo de 23 científicos convocados por la agencia contra el cáncer de la OMS en 2016 analizaron el café, no la acrilamida directamente, y decidieron que el café no causaba cáncer de mama, próstata o páncreas, y que parecía reducir los riesgos de cáncer de hígado y útero. No obstante, la evidencia fue inadecuada para determinar su efecto en docenas de otros tipos de cáncer.
El Consejo y la Fundación Internacional de Información Alimentaria, una organización financiada principalmente por la industria de alimentos y bebidas, dice que la ley está confundiendo al público porque no tiene en cuenta los niveles de riesgo, y agrega que las pautas dietéticas de los EE. UU. indican que hasta cinco tazas de café al día pueden ser parten de una dieta saludable.
Amy Trenton-Dietz, especialista en salud pública de la Universidad de Wisconsin-Madison, dijo que el fallo de California contrasta con lo que muestra la ciencia. “Los estudios en humanos sugieren que, en todo caso, que el café es protector para algunos tipos de cáncer”, dijo. “Mientras las personas no estén poniendo una gran cantidad de azúcar o edulcorantes, el café, el té y el agua son las mejores cosas para que la gente beba”.
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