Un sargento del Departamento de Policía de Bradenton (DPB), en la Florida, utilizó la base de datos oficial durante años, para conseguir información sobre mujeres y extorsionarlas sexualmente.
Leonel Marines, llevaba 12 años en el DPB, donde tenía cargo de supervisor cuando renunció, en octubre. La investigación siguió y cinco detectives contactaron a unas 150 mujeres con las que el sargento se había comunicado de manera inapropiada a partir de los datos que averiguaba en los sistemas oficiales.
“Para ir directamente al grano, Leonel Marines no utilizó estos datos con fines de aplicación de la ley en absoluto”, siguió Melanie Bevan, jefa del departamento. “En cambio, los utilizó de varias formas —desde las redes sociales, llamadas telefónicas no solicitadas, visitas domiciliarias fingiendo que iba por un asunto policial, lo que sea— para tratar de obtener citas con estas mujeres. Era muy persistente y en ocasiones tuvo éxito”.
La investigación se inició tras la denuncia de los padres de una mujer a la que Marines había increpado en un estacionamiento. Mientras conducía hacia la casa de ellos, la mujer tuvo la impresión de que el sargento la seguía. Ella apenas había llegado cuando el oficial golpeó a la puerta.
Marines, dijo que quería hablar con ella por “un asunto doméstico”, no obstante, los padres le preguntaron cuál era ese asunto y, ante la negativa de Marines a dar detalles, le pidieron el nombre de su jefe. El sargento no respondió y se fue; la familia de la mujer llamó al DPB para informar lo sucedido.
Cuando sus superiores le preguntaron sobre el asunto, Marines indicó que había seguido a la mujer porque a su automóvil le faltaba una luz; más adelante agregó que tenía la impresión de que conducía intoxicada. El cambio en el relato hizo que Bevan desconfiara y ordenase la investigación, ya que no se trataba del primer episodio de ese tenor en el que aparecía involucrado el oficial.
Los investigadores contactaron a unas 150 mujeres como parte de la investigación; muchas de ellas parecen ser hispanas que no hablan bien inglés. La jefa del DPB cree que puede haber más mujeres a las que el ex policía abordó gracias a la base de datos. La pesquisa determinó que mantuvo relaciones sexuales con algunas mientras estaba en servicio.
Aunque la investigación local se cerró, la Agencia Federal de Investigaciones (FBI) trabaja todavía en el caso. Luego de la suspensión Marines pasó a tareas de escritorio, luego tuvo licencia administrativa sin pago, insignia ni arma, y en octubre, cuando comprendió que lo iban a despedir, renunció.