El asesinato de una joven embarazada ecuatoriana de 22 años de edad en San Miguel de Ibarra, provincia de Imbabura, por su pareja de nacionalidad venezolana, desató una ola de xenofobia contra los venezolanos.
A través de múltiples videos e informes de medios internacionales, se ha informado que ciudadanos ecuatorianos han llegado a algunos albergues donde residen venezolanos y han desalojado a los compatriotas, e incluso perseguido en las calles y arremetido contra ellos de manera violenta.
A través de un comunicado el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, rechazó el crimen, al tiempo que anunció “la creación de brigadas para controlar la situación legal de migrantes venezolanos en las calles, en los trabajos y en la frontera”.
Al parecer, el comunicado de Moreno el cual tituló: “Todos somos Diana” provocó que ciudadanos ecuatorianos salieran a las calles a perseguir y arremeter contra los venezolanos en general, sin discriminar su situación legal o su culpabilidad en hechos delictivos.
Por su parte, el gobierno venezolano rechazó el horrible asesinato de la joven ecuatoriana, aunque criticó que el presidente de Ecuador criminalice a los extranjeros por su origen nacional y que incite la xenofobia.
“¡La criminalización por origen nacional es una de las peores formas de xenofobia incitada por @Lenin Moreno y su gobierno contra nuestros connacionales en Ecuador! Descarga su odio anti bolivariano contra los venezolanos. Exigimos respeto a sus derechos humanos y cese a la persecución”, escribió la vicepresidente de Venezuela, Delcy Rodríguez.
Asimismo, periodistas, políticos y figuras públicas han condenado el horrible crimen, aunque han llamado a no incitar la violencia y han pedido protección al gobierno ecuatoriano a la comunidad venezolana.
