DÃÂas atrás visité la ciudad de Surrey, cerca de Vancouver y me encontré con un joven de nombre Albert que vive en Calgary, él acababa de conseguir varios contratos para la construcción en British Columbia, con el transcurrir de los dÃÂas conocàotros albertenses de origen latino que también estaban en la búsqueda de oportunidades de negocio para sus empresas.
Toda crisis conlleva a nuevas oportunidades, siempre y cuando uno las quiera ver, en vez de quedarse llorando por las pérdidas. Con la crisis más profunda que está pasando Alberta mucha gente ha empezado a explotar lo que aprendieron en las épocas de bonanzas, tanto asàque lo están tratando de replicar en otras provincias.
Aunque no se tienen estadÃÂsticas exactas, conozco más de 20 pequeñas empresas de la construcción que están trabajando en British Columbia, al igual que unas cinco en Saskatchewan. Por otra parte, también hay una tienda latina que está buscando colocar una franquicia en Burnaby.
Los comercios alimenticios no se quedan atrás en esta búsqueda de nuevas oportunidades, uno de precongelados inició un estudio de factibilidad para vender sus productos en British Columbia. Al mismo tiempo, una importadora de licores colocó una oficina en Vancouver y desde allàdomina todo su mercado.
Ante esto surge una pregunta muy simple ¿cómo puedo convertir la crisis en una oportunidad? Lo primero que debes tener es la capacidad de imaginar, ya que imaginar es poder soñar, pero eso sÃÂ, soñar con los pies en la tierra; para ello es necesario tomar en cuenta que si otros han podido hacerlo tú también podrás lograrlo.
En segundo lugar tienes que conocer tú producto y mercado, a fin de que tus clientes se sientan seguros de que eres el mejor en ese rubro. Como tercer punto encontramos que debes poseer la capacidad de creer en ti mismo, puesto que aquellos que dudan de sus capacidades, no lograrán hacer que los demás crean en ellos.
El cuarto secreto, es ser metódico, ordenado, puntual, es decir: disciplinado. La disciplina es un punto fundamental, sin ella nada es posible. El quinto elemento es hacer networking, no sea de las personas que se quedan aisladas, usted debe compartir y conocer gente, de esta manera se le abrirán más puertas para los negocios. En sexto lugar, haz que tu palabra tenga valor, cumple lo que dices.
Para ilustrar lo anteriormente descrito les contaré una breve fábula: En cierta oportunidad los animales de la selva se reunieron para escoger quien serÃÂa el rey del mundo, por tal motivo cada uno fue pasando y expuso por qué se creÃÂa dotado para ocupar el trono.
El primero en hablar fue el león, enalteciéndose comentó: nadie camina con la majestuosidad que yo lo hago, cada vez que pongo mis garras sobre la tierra, el mundo se doblega.
El siguiente turno fue el del águila: sólo yo logro encumbrarme hasta los confines del cielo, mi vuelo es simplemente majestuoso, nadie lo hace como yo.
La siguiente en participar fue la ballena: yo nado hasta las profundidades del mar, nadie llega hasta los lÃÂmites que yo conozco, ningún animal puede nadar como yo lo hago.
Después salió el pato y debatió: el león camina, pues yo camino; el águila vuela y yo también vuelo, además, se nadar como la ballena. Ante esa exposición el mono intervino y aclaró: ese es tu problema pato, haces todo, pero, lo haces mal.
Finalmente, este es el último secreto, haga una cosa pero hágala bien, no sea un especialista en saber de todo y al mismo tiempo no saber de nada. El mundo nos espera para conquistarlo.
Posdata: En este ejemplar nos despedimos de nuestra gran amiga y jefe de editorial Mónica Ruiz, ella llevó La Prensa a un lugar privilegiado. Fue nuestra correctora de estilo y de ortografÃÂa, en su tiempo pudimos vanagloriarnos de que nuestro medio tuvo cero errores ortográficos.
Querida Mónica que tus sueños te lleven a conquistar el mundo, mil gracias por estos años maravillosos. Gracias por haber apoyado nuestros sueños. ¡Dios te bendiga!
Por César Rendón