Con buen fútbol, coraje y mucho corazón, Croacia superó a Inglaterra en las semifinales de la Copa del Mundo y está un paso más cerca de la gloria.
Los dirigidos por Zlatko Dalic supieron reponerse al hecho de empezar perdiendo desde muy temprano en el encuentro y al gran planteo de Gareth Southgate quién le cerro los espacios y desactivó el circuito de juego croata entre Ivan Rakitic y Luka Modric.
Precisamente Modric, capitán croata, jugó un excelente segundo tiempo y ejerció como maestro de ceremonias en la remontada de los balcánicos que trascienden por primera vez las semifinales, pues en Francia 1998 se quedaron a un paso de la gloria a manos de los anfitriones.
Ahora, 20 años después, tendrán la oportunidad de tomarse revancha ante la misma selección que los apeó de la lucha por el título en su primera incursión mundialista. Y al frente tendrán también al capitán de aquella selección francesa campeona del mundo: Didier Deschamps. El actual entrenador francés era en ese momento el capitán de los galos.
