Joie Henney, de 65 años, expresó que a su animal registrado de apoyo emocional llamado Wally, le gusta acurrucarse y dar abrazos, a pesar de ser un caimán de cinco pies de largo. El hombre de York Haven explicó a Philly.com, que recibió la aprobación de su médico para usar a Wally como su animal de apoyo emocional después de no querer tomar medicamentos para la depresión.
“Tenía a Wally, y cuando llegaba a casa y estaba cerca de él, todo estaba bien”, dijo. “Mi médico sabía sobre Wally y pensó que funcionaría, ¿por qué no?”
Wally fue rescatado de las afueras de Orlando a los 14 meses de edad y todavía está creciendo; Henney indicó que Wally podría medir 16 pies de largo algún día. Wally come alitas de pollo y comparte un estanque de plástico con un caimán de rescate más pequeño llamado Scrappy.
Wally, quien cumple cuatro años este año, es “un gran oso de peluche”, en palabras de Henney. Al reptil de sangre fría le gusta descansar su hocico en el de Henney y “a él le gusta dar abrazos”, asegura el feliz propietario.
No obstante, Henney reconoció que Wally sigue siendo un animal salvaje peligroso y que probablemente podría arrancarle el brazo, pero dice que nunca le ha tenido miedo.
Henney frecuentemente saca a Wally para reunirse y saludar en lugares como centros para personas de la tercera edad y juegos de béisbol de ligas menores. “Es como un perro”, le dijo Henney a una mujer en una salida reciente a un centro para personas mayores. “Quiere ser amado y acariciado”.
