Un terremoto de magnitud 7,3 en la escala de Richter, movió este domingo la frontera entre Irán e Irak, en las regiones en donde se concentra la mayor parte población kurda de ambos países, comunicó el Instituto geológico de Estados Unidos (USGS).
El movimiento sísmico, inició a las 21.18 hora local, dejando a su paso al menos 415 muertos y más de 7.000 heridos, la mayoría iranís. Es el terremoto más mortífero registrado en lo que va del año 2017.
Los equipos de rescate se encuentran abocados a rescatar la máxima cantidad de supervivientes de entre los escombros de las estructuras derrumbadas. El periodista de la cadena KNN TV y residente en Suleymaniya, declaró al diario El País, que “por desgracia, en las redes sociales se propagaron rumores de que habría un segundo terremoto y eso incrementó el pánico. Hoy [por el lunes] la situación se ha calmado, pero según las autoridades sigue habiendo riesgo de réplicas”.
En Halabya, localidad a 60 kilómetros de Suleymaniya a unos 32 kilómetros al norte de donde fue el epicentro del terremoto, y en los pueblos cercanos fue donde se produjo la mayoría de las víctimas fatales. Por tu parte en el territorio iraquí, informaron de ocho personas fallecidas y al menos 336 heridos de gravedad, relató la cadena de televisión kurda Rudaw.
La parte más fuerte del sismo se sintió del otro lado de la zona montañosa, la televisión estatal iraní aseguró que al menos 407 personas murieron en Irán y otras 6.700 han resultado heridas. El epicentro del temblor, fue ubicado rápidamente en Halabya, del lado iraquí de la frontera; pero el USGS, en conjunto con la agencia homóloga iraní esclarecieron que el epicentro fue muy cerca de la frontera, a unos 50 kilómetros al norte de Sar-e Pol-e Zaham (provincia de Karmanshah), la cual es localidad más afectada, ya que se contabilizan al menos 280 personas muertas.
La televisión estatal transmitió imágenes grabadas durante la noche, en donde se observa edificios a medio caer y casas totalmente en el suelo. “El terremoto se ha sentido en varias provincias iraníes que limitan con Irak. Ocho pueblos han resultado dañados. Se ha cortado la electricidad en algunas aldeas y se han enviado equipos de rescate a esas áreas”, añadió el medio de comunicación.
El servicio agua y electricidad sufrieron fuertes daños, dejando aldeas y ciudades de la provincia occidental de Karmanshah, incomunicadas y sin el preciado líquido. Debido a que en estas zonas la mayoría de las casas se realizan con barro, fácilmente se desplomaron durante el terremoto.
Por miedo a posibles replicas, las personas han colmado las calles. El sitio web del Instituto de Geofísica de la Universidad de Teherán, argumentó que al terremoto lo siguieron cientos de temblores, los más fuertes de ellos de una magnitud de al menos 4,7.
El guía supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, ordenó al Gobierno y a las fuerzas de seguridad mover todos sus medios para ayudar a la población. Los equipos de rescate ya se encuentran en las zonas más afectadas, trabajando contra el tiempo para tratar de rescatar a supervivientes.
Por su parte en Irak, el sismo alcanzó todas las provincias. En la capital, Bagdad, el movimiento duró 20 segundos y percibió en Qatar, Israel y Turquía. Imágenes compartidas en redes sociales, muestran daños materiales en algunos establecimientos.
El presidente iraquí, Haydar el Abadi, inició inmediatamente la movilización de los equipos de protección civil para atender a los damnificados. Turquía, ha sido uno de los primeros países en enviar ayuda.
La Agencia de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD) del Ejecutivo turco destinó un avión militar de carga a Suleymaniy, que trasporta un equipo de rescate de 20 miembros, 10 efectivos médicos, dos vehículos, tiendas, mantas y medicinas y la Media Luna Roja. El vicepresidente de la organización Media Luna Roja, manifestó que “equipos están en camino. Estimamos que hay unos 20.000 o 30.000 afectados por el terremoto”.
Irán e Irak están ubicados sobre distintas fallas tectónicas y son frecuentemente sacudidos por terremotos. El terremoto más grave de los últimos años fue en el año 2003 en Bam, en el sureste de Irán, que dejó 31.000 muertos.
