El martes 19 de septiembre, México volvió a sentir la fuerza de la naturaleza con un sismo de 7,1 grados, dejando hasta los momentos 224 personas fallecidas entre ellos 32 niños de un colegio que se derrumbó por completo. Continúan las acciones de rescate, con más énfasis en la capital.
El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, informó que la cifra registra 117 muertos en Ciudad de México, 39 en el estado de Puebla, 55 en Morelos, 12 en el Estado de México y uno en Guerrero.
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, se encontraba fuera de la capital pero regresó para coordinar las labores de rescate. En la noche el mandatario visitó la escuela primaria Enrique Rebsamen, para conocer todos los detalles de la crítica situación.
En su primer mensajes tras el terremoto, Peña Nieto declaró que “lamentablemente varias personas han perdido la vida, incluyendo niñas y niños, en centros educativos, edificios y viviendas. Quiero expresar mis condolencias a quienes perdieron un familiar o un ser querido”.
Por su parte oficial José Luis Vergara, señaló que en la escuela hay “26 muertos, de los cuales cinco son adultos y 21 niños. Tenemos 11 niños rescatados y de personas atrapadas oscila entre 30 y 40”.
Resaltó que lograron establecer comunicación con una maestra atrapada, que se encuentra con un niño y que en otro punto del derrumbe consiguieron hablar con otro menor atrapado.
“Es el lugar donde tenemos el mayor número de pequeños que han perdido la vida”, indicó Puente. Asimismo, aclaró que la cifra de muerte puede aumentar con el paso de las horas y que temen por las personas que se encuentran atrapadas entre los escombros de las decenas de edificios colapsados.
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— Coffee and Saturday (@CoffeeandSat) September 20, 2017
Labores de rescate
La alcaldía de Ciudad de México, registro 50 edificios totalmente colapsados en las zonas del centro y sur de la capital. Muchas personas perdieron sus hogares o manifestaron que las paredes se agrietaron durante el sismo.
En las localidades más afectadas no hay energía eléctrica y para evitar posibles explosiones. De igual forma, se han reportado fugas de gas natural, que corre por las tuberías subterráneas.
Más de 3.600 militares, cientos de rescatistas y una gran cantidad de civiles voluntarios se encuentran retirando los escombros, sobre todos en las áreas residenciales, en donde se presume hay mucha más gente atrapada.
“¡Silencio! ¡Parece que alguien grita!”, se escuchaba a menudo por las calles, en muchas ocasiones los aplausos por la celebración de conseguir a alguien con vida, retumban.
Las autoridades han preparado albergues para que las familias que perdieron su casa o la misma registra severos daños, puedan pasar la noche de forma segura. Al colapsar las comunicaciones telefónicas, la mensajería por whatsapp se convirtió en la única forma de comunicación en el centro del país.
Algunas personas que fueron rescatadas de los escombros consiguieron ser localizadas gracias a esa aplicación, según rescatistas.
Derrumbe de iglesia
En Morelos, al sur de la capital mexicana, los mayores daños se registraron en Cuernavaca y las localidades de Axochiapan y Jojutla, en donde colapsaron casas, edificios y construcciones.
Varios templos católicos en Puebla resultaron seriamente afectados, el secretario de Gobierno, Diódoro Carrasco aseveró que 11 “personas murieron al quedar atrapadas en una iglesia que se derrumbó”.
Reacciones internacionales
Diferentes países han mandado mensajes de condolencias a México. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mostró su solidaridad con los mexicanos escribiendo a través de cuenta de Twitter “Dios bendiga a la gente de Ciudad de México. Estamos con ustedes y los vamos a apoyar”.
Honduras anunció el envío de 36 socorristas y Guatemala también ofreció rescatistas. En Ciudad de México funciona un sistema de alarmas que se activa un minuto antes del sismo, pero periodistas de AFP explicaron que esta vez se escuchó la alarma al mismo tiempo que comenzó a sentirse el temblor toda vez que el epicentro estuvo a menos de 200 km de distancia de la capital.
El pasado 7 de septiembre, un terremoto de 8,1, el más fuerte en un siglo en México, ocasionó 96 muertos y más de 200 heridos en el sur del país, especialmente en los estados de Oaxaca y de Chiapas.
