El primer ministro Justin Trudeau, considera que es hora de que la sociedad canadiense debata con el controvertido tema de pagar a las mujeres para que lleven a los bebés de otras personas.
Al llamar a la maternidad subrogada de pago un “tema extremadamente importante” que afecta a muchos futuros padres, incluidas parejas del mismo sexo y personas infértiles, Trudeau dijo que espera que el debate genere opiniones y emociones extremas.
El gobierno, indicó, quiere escuchar y mostrar respeto por todos los puntos de vista para “avanzar apropiadamente”.
“Creo que esto es algo en lo que tenemos que pensar como sociedad, y cuando veamos el proyecto de ley que conozco, tendremos una discusión sobre los derechos y responsabilidades que compartimos como sociedad”, explicó. “Y trataremos de ver cómo podemos avanzar de manera razonable”.
Trudeau hacía referencia a un proyecto de ley de un miembro privado propuesto por el parlamentario liberal Anthony Housefather. El proyecto de ley, que Housefather planea presentar en mayo, despenalizaría los pagos para las madres sustitutas y los donantes de esperma u óvulos.
Housefather, quien preside el comité de justicia de la Cámara de los Comunes, manifestó que la ley actual de Canadá está fuera de sintonía con las familias modernas, incluidas las parejas del mismo sexo, las madres solteras y las mujeres que eligen tener hijos más adelante en la vida.
Asimismo, asegura que la prohibición de tarifas crea una zona gris que deja a los sustitutos potenciales ansiosos por violar la ley. El número de sustitutos reportados en Canadá ha aumentado en los últimos años, de 285 en 2010 a alrededor de 700 el año pasado.
La ley canadiense, que entró en vigor en 2004, prohíbe pagar a una madre sustituta por sus servicios, pero permite el reembolso de ciertos costos médicos y de maternidad cuando la madre sustituta está prestando el servicio por razones altruistas.
Los costos que pueden cubrirse incluyen ropa de maternidad, viajes para citas médicas, medicamentos y, en algunos casos, salarios de trabajo perdidos.
El tema ha sido polémico en el pasado, incluso dentro de los círculos feministas. Quienes se oponen a la maternidad subrogada dicen que equivale a comercializar el cuerpo de una mujer. Los defensores dicen que la prohibición niega a las mujeres el derecho de hacer lo que quieran con sus cuerpos.