Hace pocos días celebramos el Día de Acción de Gracias, y aunque no es una festividad propia de nuestros países latinos, al llegar a Canadá es común adoptar está tradición. Y es que en esencia es una celebración con mucho valor para todo el mundo, es un día para ser agradecidos con lo que tenemos.
Muchas veces olvidamos lo que hemos pasado, las dificultades o las oportunidades que hemos tenido; no importa lo que haya pasado en este año, bueno o malo, todo es un aprendizaje y sin importar la situación que estés viviendo ahora, tienes mucho de qué estar agradecido.
Todos los que emigramos dejamos nuestros países por diferentes motivos, pero en el fondo lo hacemos por obligación. Ya sea por seguridad, por buscar una mejor calidad de vida, por intentar lograr algo que en tu país tal vez creíste que nunca lograrías. No importa la situación particular de cada quien, te fuiste porque buscabas algo mejor.
Emigrar no es nada fácil, al igual que quedarte en un país con problemas económicos o con inseguridad tampoco lo es. No es más valiente quien se queda, ni quien se va. Cada uno de nosotros toma decisiones en la vida y debe seguir su curso para moldear su rumbo individual.
Si acabas de llegar como inmigrante, puede que te sientas solo, tal vez con dudas de si hiciste bien o mal, sobre qué pasará en el futuro, miles de incertidumbres que agobian tus días. No te preocupes, como dice una frase popular: “al final, todo saldrá bien, y si no ha salido bien es que todavía no es el final”.
Sigue adelante cada vez que caigas, no pierdas la motivación, recuerda por qué estás aquí, el éxito no se construye de un día para otro. Aprende a agradecer cada bendición que te da la vida, tener salud, comida, un techo donde dormir, personas que te quieren, eso es lo que importa. Un fracaso no determina quién eres, lo hace el ser perseverante y continuar.
Igualmente, si has logrado estabilizarte como inmigrante, puede llegar un punto el que empieces a darle demasiada importancia a cosas que no la merecen. Por ejemplo, tal vez lograste comprar un automóvil, pero quieres adquirir uno más nuevo y no has podido. Esto puede causarte frustración y enojo sin sentido.
El problema no es desear cosas materiales, todos queremos vivir cómodamente y tal vez la cultura consumista tiene algo que ver con ello, pero lo que quiero resaltar es que, sin importar lo que tienes o lo que quieres, tienes motivos para estar agradecido.
Canadá es un país tan maravilloso, que permite el intercambio multicultural, donde todos somos recibidos con los brazos abiertos sin importar raza, religión o ideología. Algo que aprendemos los inmigrantes es a convivir con diferentes tipos de personas, entendiendo que está bien lo diferente y dejando un poco de lado los prejuicios.
Agradece la oportunidad de vivir nuevas experiencias, de seguir creciendo como persona y reinvéntate cada día. Con trabajo duro y esfuerzo, poco a poco verás los frutos y lograrás lo que deseas.