Pareja mexicana con tres niños canadienses se enfrenta a la deportación

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    Camuflados, así vivió durante 11 años la pareja mexicana Ochoa Trueba. Actualmente se encuentran ante la posibilidad de ser deportados por la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá. Para ellos volver a México sin sus tres hijos canadienses, no es una opción.

    El matrimonio Ochoa Trueba llegó a Toronto en la primavera de 2005 para disfrutar su luna de miel, viajaron desde San Salvador Atenco, cerca de Ciudad de México. No obstante, cuando volvían a casa se produjeron unas protestas violentas en contra del Gobierno.

    Las acciones gubernamentales de expropiar las tierras a los campesinos pobres para construir un aeropuerto, generó tensiones que estallaron un año después en cientos de detenciones y denuncias de violaciones de los derechos humanos por parte de la policía estatal mexicana.

    Debido al temor que sentían con respecto a su seguridad física, decidieron correr el riesgo de quedarse ilegalmente en Canadá. Por su falta de documentos, solo tomaron empleos de mantenimiento en restaurantes donde trabajaban después de medianoche, el día lo aprovechaban para tomar clases de inglés.

    Los Ochoa Trueba siempre se mantuvieron muy cautelosos, se esforzaron en tener una buena convivencia en su vecindario para no llamar la atención de las autoridades. El fruto de su amor dejó como cosecha tres hijos, todos asistían a un colegio local ubicado a pocos metros de su casa.

    Pese a su condición de ilegal la familia llevaba una vida tranquila y armónica. Sin embargo, en diciembre de 2015, todo cambió para ellos. Un día cuando Nora Trueba volvía a casa presenció como los funcionarios de inmigración en el porche frontal, detuvieron a su marido, Israel Ochoa.

    El hecho ocurrió en presencia del hijo menor de la pareja, Kayden, quien a sus cuatro años de edad solo reaccionó en llamar a su padre por el apodo que junto a sus hermanos le tienen: “Amor, Amor”.

    Nora en un intento por calmar a su pequeño, optó por cantar una melodía de Navidad, pero, esto solo ocasionó que los agentes se sobresaltarán, los vecinos salieron en defensa de los Ochoa Trueba, uno de ellos le dio posada a los niños y la madre, otro le contactó un abogado, mientras que un tercero junto a su patrón pagó la fianza de Israel.

    Pasadas tres semanas, Nora se entregó a la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá y se aplicó para permanecer en el país por razones humanitarias y de compasión. A los pocos días Israel fue puesto en libertad, inmediatamente solicitaron permisos de trabajo, no obstante, en julio de este año la solicitud para quedarse fue rechazada por medio de un correo.

    Israel ahora se enfrenta a la deportación, a pesar de que Nora no quiere abandonar Canadá, manifiesta que no podría soportar estar separada de sus hijos y su esposo, por lo que si éste es expulsado, todos se irán con él a México, sin embargo, no pierden la fe de poder quedarse todos juntos en el país.

    En Toronto, la mayor fuerza laboral es liderada por mexicanos que trabajan de forma indocumentada en panaderías, restaurantes, y mantenimiento. Todos los años, miles son deportados, sin embargo, los niños nacidos en Canadá tienen permitido permanecer en el país bajo el cuidado de un tutor legal. La mayoría de los padres opta por llevar a sus hijos consigo.

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