Entre juicio y el prejuicio

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    Tanto el juicio como el prejuicio están estrechamente ligados en sus conceptos básicos, cuando hablamos de uno, necesariamente llegamos al punto donde ambos se convierten en uno solo.

    Ahora bien, partamos de la base de que los prejuicios nacen en una opinión previa de la cual se conoce muy poco o nada, donde por ende se afirma en una fuente muy poco sólida o que no tiene un verdadero asidero, donde apoyar sus declaraciones.

    Un juicio por su parte está sustentado en un concepto que se ha establecido en un sistema cuya organización tiene su fundamento en aquello ya establecido, y que se encuentra enmarcado en normas, formulas, estilos o hábitos que se mantienen en una conducta social.

    El punto es que entre ambos se encuentra la disyuntiva del ser humano, donde condiciona su vida a los juicios sociales o familiares, formando en su interior, un criterio que lo mantendrá atado a una condición externa, cuya libertad individual se verá afectada considerablemente por el constante qué dirán y la imagen que está obligado a manifestar para no ser enjuiciado por su entorno, ya sea cercano, de trabajo o social.

    Lo interesante en esta situación es que las condiciones de vida hoy están cambiando, en el pasado podíamos considerar que la imagen era vital para poder postular a la aceptación social, en cambio ahora el grado de libertad del ser humano está alcanzando avances relevantes y por lo mismo ya no necesita mostrar nada que sea innecesario.

    Lo natural está tomando su lugar cada vez con mayor fuerza. Ya no se necesita la aceptación de los demás, pues ha aprendido a aceptarse a sí mismo y eso le permite caminar por el sendero que elige con serenidad y mayor tranquilidad.

    El avance que estamos teniendo en todos los sentidos, podemos observar personas que tienen un mayor grado de fluidez y no se esconden frente a los fracasos, más bien los enfrentan con hidalguía, no temen errar, pues se han dado cuenta que después del error, consiguen el acierto.

    La sociedad está alcanzando logros importantes, mas allá de lo que las comunicaciones en general nos quieren mostrar. Hoy en día las mujeres del mundo han levantado su voz para exigir no ser más violentadas y ser respetadas. En el pasado, la mujer no tenía derecho a voz ni voto, ahora es capaz de organizarse a nivel planetario para plantear sus necesidades y a la vez mostrar sus verdaderas fortalezas.

    En esto, el hombre ha ido creciendo, ha ido ampliando sus percepciones y campos de acción, de esta manera la energía tanto femenina como masculina irán gradualmente llegando a puntos de equilibrios donde podrán experimentar el perfecto balance y por lo tanto convertirse en una complementariedad mutua.

    Bajo esta premisa, tanto los juicios como los prejuicios desaparecerán, pues ambos están destinados a dejar su modelo restrictivo en pos de una verdadera declaración de libertad, tanto individual como colectiva.

    Sin duda, ¡el mundo está cambiando… y nosotros con el…!!!

    Por: Paola Rioseco Prado

    www.terapiasdeautoayuda.cl

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