Las inundaciones repentinas arrasaron ciudades en el suroeste de Francia, convirtiendo los cursos de agua en torrentes que mataron al menos a 13 personas, nueve de ellas en una sola ciudad, según informaron las autoridades el lunes.
Las personas tuvieron que ser trasladadas en helicóptero para protegerse de los techos de sus hogares, ya que las tormentas nocturnas arrojaron el equivalente a varios meses de lluvia en unas pocas horas.
El peor golpe fue la ciudad de Trebes, al este de la ciudad medieval amurallada de Carcassonne. Las lluvias que llegaron desde el Mediterráneo mataron a nueve personas allí, indicó el portavoz del Ministerio del Interior, Frederic de Lanouvelle.
Asimismo, señaló que las inundaciones en la región de Aude también mataron a otras cuatro personas en otros lugares, dejaron a una persona desaparecida y otras cinco resultaron gravemente heridas.
Otras carreteras también se inundaron, dejando la ciudad aislada, la escuela de Siguet fue cerrada en medio de la destrucción. Dos personas murieron en la ciudad, según el gobierno regional de Aude.
Alain Thirion, el prefecto de Aude, explicó que algunos de los muertos parecían haber sido barridos por las aguas de la inundación. En la ciudad de Conques-sur-Orbiel, el río se elevó más de seis metros.
Las inundaciones en algunos casos eran demasiado poderosas para que los servicios de emergencia pudieran atravesarlas, incluso en botes, aseguró el prefecto. Las imágenes de televisión mostraban aguas que corrían por ciudades y pueblos, con autos varados en las inundaciones y apilados uno encima del otro como juguetes para niños.
El gobierno francés ha trasladado a cientos de trabajadores de rescate a la zona de inundación y los helicópteros sobrevuelan la zona. Las escuelas están cerradas y las autoridades instan a las personas a quedarse en casa.
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