POR ISMAEL CALA
@CALA
El ser humano está en constante transformación, es un proceso natural. Lo que sucede es que por lo general ocurre sin darnos cuenta, es decir de manera inconsciente. La vida nos va llevando y los cambios son inminentes y constantes. A diario nos suceden situaciones que nos hacen cambiar la mirada de cómo nos vemos a nosotros mismos y al mundo, aunque muchas veces nos peleemos con ello.
Sin embargo, estar conscientes y presentes para darnos cuenta de cada vivencia y utilizarla a nuestro favor para construir la realidad que queremos es nuestro gran desafío. Si nos hacemos conscientes de hacia dónde queremos crecer y para qué, podemos colocar intención a nuestras acciones y diseñar nuestra ruta de evolución. En otras palabras, crecer con consciencia significa asumir el control de nuestras vidas.
De seguro alguna vez te has preguntado ¿para qué crecer? Pues bien, crecer es estirarnos, salir de nuestra zona de confort y tomar el control de nuestras vidas. Y, eso necesariamente implica que nos estamos desarrollando como personas, porque con esto, buscamos transformarnos en mejores seres humanos y así poder evolucionar.
Crecer con consciencia está ligado a la búsqueda de la excelencia, porque para crecer, en el más amplio sentido de la palabra, se requiere de un mejoramiento constante ya que nuestro desarrollo personal es ilimitado.
Al final de cada día, antes de cerrar los ojos, vale la pena que nos preguntemos siempre: ¿Qué aprendí hoy? ¿En qué crecí? ¿Mi crecimiento está alineado con mi intención y mi propósito?
Para crecer es necesaria la curiosidad. Así éramos en la niñez, así que retornemos a eso, porque crecer implica mantener nuestra capacidad de asombro.