La situación que viven los venezolanos cada día se encuentra más tensa, las protestas, marchas y enfrentamientos con las fuerzas policiales, ya son noticia diaria. Sin embargo, todo esto tiene un origen que va más allá de lo sucedido en los últimos días, es la demanda de la ciudadanía por la visible y decadente situación económica y política en el país.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha adjudicado la crisis a una llamada “Guerra Económica”, que afirma, es el ensañamiento de los Estado Unidos, por invadir y controlar el negocio petrolero del país. Con el pasar de los años, el discurso se ha mantenido y la situación ha empeorado.
Con la suspensión del referéndum revocatorio convocado por la oposición, los repetidos asaltos contra el Parlamento y el reciente anuncio de una Asamblea Constituyente para refundar la nación, muchos analistas políticos consideran que en el país se ha dado un golpe de estado de facto.
Sin embargo, ante el rechazo de la gran mayoría de ciudadanos, el presidente Nicolás Maduro, se ha escudado en la manipulación de las leyes existentes y mantenido bajo el resguardo de los Poderes constitucionales que han demostrado no ser independientes.
Las historias detrás de la crisis
[blockquote style=”2″]Todas las semanas debo salir a comprar, porque no siempre venden lo mismo, alguna semanas consigo harina, otras arroz y así voy, si no consigo, espero hasta la próxima semana a ver que llega[/blockquote]
Durante los 18 años de gobierno socialista, las políticas de expropiación y control gubernamental, han obligado a muchas empresas a cerrar sus puertas. Otras, son sucursales internacionales que tras años de pérdidas y amenazas, tomaron la decisión de abandonar Venezuela. Esto ha traído consigo desempleo y una baja producción de productos de primera necesidad.
Diariamente, se pueden observar largas colas en los supermercados, filas de personas que esperan su turno, bajo sol o agua para comprar harina, leche en polvo, crema de dientes, arroz, pañales, azúcar o cualquier otro producto que ese día sea ofrecido. El Gobierno nacional ha implementado el uso del terminal de la cédula de identidad, para poder comprar productos de la cesta básica.
La señora Omaira Varela, debe llegar muy temprano al supermercado, su cédula termina en el número uno, eso quiere decir que tiene derecho a comprar los alimentos y productos de higiene personal más necesitados, solo los lunes y sábados. Tras cinco horas de cola, solo puede comprar dos harinas y una crema de dientes.
“Todas las semanas debo salir a comprar, porque no siempre venden lo mismo, alguna semanas consigo harina, otras arroz y así voy, si no consigo, espero hasta la próxima semana a ver que llega”, comenta la señora Omaira.
Otros han sido aún más afectados por la crisis, tal es el caso de la señora Rosa Barrios, a quien su sueldo no le alcanza para alimentar a una familia de seis, viéndose obligada a revisar entre los desperdicios del mercado de verduras cercano a su hogar, para conseguir algo comestible que llevar a sus hijos.
Salud pública en agonía
[blockquote style=”2″]No hay alcohol, inyectadoras, gasa, suturas, anestesia siempre el médico de guardia debe pedirle al paciente que compre todo lo que se necesita para poder atenderlo[/blockquote]
Si alimentarse es difícil, enfermarse en Venezuela es casi una sentencia. Las denuncias por falta de insumos no viene solo de los pacientes, los médicos han expresado que no cuenta con el material para trabajar a cabalidad. En muchos casos, los galenos deben pedirle todos los implementos a los pacientes, quienes tampoco los pueden adquirir, ya que las farmacias muestran la mayoría de sus anaqueles vacíos.
Estefanía Hernández, es Médico Cirujano egresada de la Universidad de Los Andes y realiza guardias en el Hospital Central de San Cristóbal, Estado Táchira, como parte de su labor. Explica, que normalmente no cuentan con ningún tipo de insumo para atender a los pacientes que acuden al centro hospitalario.
“No hay alcohol, inyectadoras, gasa, suturas, anestesia siempre el médico de guardia debe pedirle al paciente que compre todo lo que se necesita para poder atenderlo”. También añadió, que en muchas ocasiones los pacientes llegan con las manos vacías porque no se consiguen insumos en las farmacias.
Asimismo, muchas personas no tienen el dinero suficiente para pagarlos a los exorbitantes costos de los revendedores, por lo que se terminan resignando a ver morir a sus seres queridos.
Infancia en riesgo
[blockquote style=”2″]El dinero no alcanza para pagar los pañales hasta 15 veces más arriba de su precio, un sueldo mínimo no alcanza para poder comprar leche y pañales de una semana[/blockquote]
Las madres venezolanas, constantemente se encuentran en la búsqueda de pañales y leche para sus hijos. Deben llegar en horas de la madrugada a hacer interminables colas, con los infantes en brazos y en muchas ocasiones se marchan con las manos vacías porque los productos no alcanzan.
Marcela Morales, es madre de un bebé de 1 año, comenta que generalmente debe comprar la leche y los pañales revendidos, debido a que su trabajo no le permite hacer colas de 6 u 8 horas. “El dinero no alcanza para pagar los pañales hasta 15 veces más arriba de su precio, un sueldo mínimo no alcanza para poder comprar leche y pañales de una semana” explica.
Asimismo, relata que también conseguir medicinas o vacunas es muy costoso. “La vacuna de varicela y hepatitis I, cuestan 250 mil bolívares cada una”, sostuvo la madre, quien no ha podido aplicarle ninguna de ellas a su bebé. Comparado con el sueldo mínimo de 40.638, se necesita un poco más de seis sueldos mínimos para costear una sola vacuna.
Medios que callan
A pesar de la gravedad de la situación, la censura reina entre los medios venezolanos. La mayoría de las televisoras nacionales, pertenecen al Gobierno Nacional, recibiendo fuertes críticas por mostrar solo una línea editorial que favorece al chavismo, o simplemente se autocensuran para evitar ser sancionados.
Esto se ha podido evidenciar en las últimas protestas, en donde las televisoras nacionales se abocaron a transmitir programas de entretenimiento, mientras la represión policial era cada vez más fuerte en las calles.
En consecuencia de la desinformación que reina, las redes sociales han tomado protagonismo, convirtiéndose en una plataforma para que los ciudadanos publiquen fotos, vídeos y comentarios, sobre lo acontecido en el país.
En este sentido, Twitter resultó ser el mejor canal para conocer en tiempo real, lo que ocurre realmente en las calles de Venezuela. De igual forma, Whatsapp y Facebook, les han dado a los venezolanos una herramienta para comunicarse en medio de tanto silencio oficial.
En estas redes sociales, los ciudadanos crean grupos, en donde intercambian información sobre protestas, concentraciones, cifras extraoficiales, productos que hay en los supermercados, medicinas, venta y trueque. Un bazar de mentiras y verdades, donde sin filtro, se puede encontrar toda la información que no es transmitida por los medios.
Intervención extranjera
La riqueza petrolera del país y su envidiable ubicación estratégica lo convierte en un foco de interés para las potencias extranjeras. Es innegable que en caso de una intervención, los últimos beneficiados serían los venezolanos.
Sin embargo, por el momento muchos países observan a la distancia la situación, dando sutiles mensajes sin ponerse radicalmente del lado de ningún bando. Pocas naciones, han exhortado directamente al Gobierno venezolano, a liberar a los presos políticos y restaurar el orden constitucional.
Durante las recientes jornadas de protesta, el Gobierno canadiense emitió un comunicado rechazando la represión y pidiendo el cese de la violencia. Asimismo, organizaciones como la OEA, finalmente han denunciado la gravedad de la crisis declarando que en Venezuela existe “una grave alteración del orden democrático”.
No obstante, a pesar de estas muestras de solidaridad con el pueblo venezolano, el gobierno totalitario que lleva las riendas del poder, dirigido por Nicolás Maduro, cada día ha optado por alejarse de las líneas democráticas y dirigirse hacia la tiranía de la dictadura.
Por su parte la oposición venezolana, se mantiene en las calles, firme ante la represión. Su principal exigencia, es la realización de elecciones presidenciales en el 2017 y la liberación de los presos políticos.