Entre la crisis que atraviesa Venezuela, los periodistas celebran hoy su día, aunque es una profesión arriesgada y perseguida en el país. Los comunicadores sociales deben luchar contra la agresión y la autocensura que se ha instaurado en los medios de comunicación.
El 27 de junio, se conmemora la edición número uno del Correo del Orinoco, que fue el primero diario publicado en Venezuela en el año 1818. Actualmente, el trabajo de informar de forma veraz e imparcial, es una labor cada vez más cuesta arriba.
El Gobierno de Nicolás Maduro, se ha apoderado de la mayoría de los medios de comunicación públicos, dejando cada vez menos espacios para transmitir a los venezolanos la realidad de un país que cada día agudiza sus conflictos sociales.
Las alternativas comunicacionales, como el uso de los sitios web han permitido que el periodismo pueda acercarse un poco más a las personas y mostrar de primera mano la realidad. Pero esto ha generado que sean blanco de agresiones, el diario El Universal, informó que en los primeros cinco meses del presente año se registraron 367 ataques a periodistas.
Los profesionales de la comunicación, denuncian como diariamente la libertad de expresión es violentada por el gobierno nacional, siendo las redes sociales la herramienta más utilizada para transmitir en tiempo real lo que ocurre en las calles.
El descontento social de los venezolanos se evidencia en las constantes protestas, la escasez de alimentos, medicinas y gas doméstico acrecienta el malestar, sumando a esto la alarmante inseguridad y la crisis económica. Es así como el periodismo es una ventana hacía la realidad, que debe ser observada a nivel nacional e internacional.
Marcha de los periodistas
Sumándose a las manifestaciones, los periodistas decidieron salir a las calles, organizando marchas por toda Venezuela, en donde exigirán libertad de expresión y su rechazo al proceso constituyente que quiere implementar Maduro.
Otro motivo que impulsa a los comunicadores sociales a protestar, es el cierre arbitrario de medios de comunicación. Los mismos se han visto obligados a callar, ya que el Gobierno afirma que solo promueven el odio y desestabilizan la tranquilidad de la nación.
Human Rights Watch culpa al Gobierno de Venezuela de encubrir abusos en las protestas
