Una mujer de Edmonton ha presentado una queja ante la Law Society of Alberta alegando mala conducta sexual por parte de su ex abogado. La naturaleza sexual de su relación se reveló a través de declaraciones juradas y testimonios jurados de ambas partes, en un juicio civil por el pago de honorarios de contingencia.
No hay nada en el código de conducta de la Sociedad de Abogados de Alberta que específicamente prohíba a los abogados tener relaciones sexuales con sus clientes. La mujer (TD), cuya identidad se mantiene en reserva para proteger su privacidad, tiene 40 años y contrató al abogado Allan Botan para que la representara en una demanda por negligencia médica.
En una declaración jurada durante un juicio civil de la Corte de Queen’s Bench sobre el pago de honorarios de contingencia, TD afirmó que seis meses después de haber contratado a Botan, ella fue testigo de un evento traumático y lo llamó para pedirle consejo. Ella dijo que pagó un taxi en su apartamento.
“Cuando llegué, me dio alcohol y me hizo insinuaciones sexuales”, escribió TD en su declaración jurada. “Estaba ebrio. Me practicó sexo oral y me presionaba para tener relaciones sexuales sin un condón, lo cual rechacé. Salí de su departamento”.
TD alega que Botan intentó desarrollar una relación romántica con ella. “Me incomodaba tener al Sr. Botan como mi abogado, pero me sentí controlada por él y no pude terminar con la relación abogado-cliente”, dice la declaración jurada.
No obstante, Botan contó una historia diferente de la situación en su declaración jurada. Él afirmó que TD lo invitó a tomar algo. Cenaron y cuando llegó tarde, él dijo que quería irse a casa. “Ella me dijo que se acostó con el último abogado y que quería venir conmigo”, escribió.
Botan alegó que ambos se practicaron sexo oral el uno al otro, pero dijo que no fue más allá. “No me sentía sexualmente atraído por ella y no podía actuar”, escribió.
El abogado también negó haber intentado alguna vez establecer una relación romántica con TD y señaló: “Me recogió en el restaurante y me mantuvo como su abogado durante los próximos diez años”.
TD le pidió a la corte que declarara que no debía dinero de honorarios de contingencia a Botan porque había incumplido su deber fiduciario como abogado al tener un encuentro sexual con ella. Pero la juez de la Corte de la Reina, Avril Inglis, decidió que no tenía que determinar quién decía la verdad sobre su relación sexual para tomar una decisión sobre el tema de la tarifa de contingencia.
“Está claro que al principio, al menos, el Sr. Botan tuvo una relación personal con su cliente”, escribió Inglis. “[Pero] simplemente no hay pruebas suficientes de que la conducta del Sr. Botan haya sido una violación significativa de sus deberes hacia su cliente para justificar el remedio buscado”.
Inglis determinó que TD le debía dinero a Botan, aunque no tanto como el abogado argumentó. La próxima batalla de TD con Botan podría organizarse en una audiencia disciplinaria de la Sociedad de Derecho de Alberta.
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