Una exenfermera confesó haber propinado la muerte de ocho ancianos que se encontraban bajo su cuidado. La criminal declaró que inyectaba altas dosis de insulina a sus pacientes, debido a su “mal comportamiento”.
Elizabeth Wettlaufer, también admitió ser la culpable de cuatro intentos de asesinato y dos cargos más por ataque agraviado. La enfermera de 49 años de edad, compareció en Woodstock, Ontario, reconoció ser la encargada de inyectar insulina a estos ancianos sin una orden médica.
Los homicidios los llevo a cabo, en tres centros médicos en donde se encontraba laborando y en una casa particular, todos entre el 2007 y el 2014. El vídeo de su confesión fue transmitido por el canal de televisión CBC.
Las víctimas han sido identificadas como: Maureen Pickering de 79 años, James Silcox y Maurice Granat de 84 años los dos, Gladys Millard de 87 año, Helen Young de 90 años, Helen Matheson de 95 años y Mary Zurawinski de 96 años.
La declaración de Wettlaufer, fue perturbadora para el juez, el jurado y el público presente, ya que expresó que sentía urgencia por asesinar y luego de matar a sus víctimas, no podía evitar reír de felicidad.
La enfermera fue detenida, luego de confesar sus crimines a un médico del hospital psiquiátrico de Toronto, en donde anteriormente ya había sido tratada por depresión.
Los familiares de los ancianos asesinados, lloraron desconsolados en la corte, luego de que la mujer admitiera sus culpas. Andrea Silcox, familiar de una de las víctimas, comentó que perdonaba a la asesina porque su padre lo hubiese querido así.
De igual forma, señaló que nunca olvidaría lo que sucedió y que agradecía que se haya hecho justicias por los hechos. Los archivos del Colegio de Enfermeras de Ontario, muestran que Wettlaufer, se registró como enfermera en el año 1995 y presentó su renuncia el 30 de septiembre del año pasado.
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