Más de 46 mil personas que fueron evacuadas tras los fuertes incendios registrados en la Columbia Británica, regresaron a sus hogares luego de que las autoridades determinaran que las zonas en peligro ya estaban aptas para volver a ser habitadas.
Las llamas invadieron por más de 20 días la provincia, abarcando desde la frontera con Washington, hasta el límite con Alaska. A pesar de esta medida, en algunas otras zonas el fuego sigue consumiendo bosques, más de cuatro mil bomberos, apoyados por aviones y helicópteros siguen luchando por apagarlos.
Una gran parte de los evacuados ya volvieron a su casa, pero en el transcurso de los días más personas podrán regresar. Pese a la aprobación de esta medida, la alerta activada desde inicios del mes de julio, continúa vigente.
El primer ministro, Justin Trudeau, quien pronto acudirá a las zonas afectadas, se reunió en Ottawa con el jefe del Gobierno provincial, John Horgan, y prometió que las autoridades federales harán todo lo que esté en sus manos para apoyar a las personas que perdieron todo durante esta tragedia.
El diario Vancouver Sun, informó que los campos pertenecientes a los granjeros afectados, presentan un triste paisaje, ya que los sembradíos se quemaron, con ellos las infraestructuras y la maquinaria.
El gerente general de la Asociación de Ganaderos de la Columbia Británica, Kevin Boon, indicó que una gran cantidad de animales murieron debido a los incendios, dejando pérdidas que hasta ahora no han podido ser cuantificadas.
Boon, asegura que las llamas arrasaron unos 3.700 kilómetros cuadrados, afectando la próxima temporada de crías, debido a que ahora los partos se retrasarán o se reducirán alarmantemente. Algunos granjeros han manifestado, que las pérdidas individuales alcanzan los tres millones de dólares canadienses.
Los reportes de las autoridades, indican que desde enero y mediado de julio, se han registrado 550 incendios forestales en el territorio canadiense. En consecuencia, la administración provincial ha tenido que invertir en este periodo más de 46 millones de dólares, para atacar el fuego.
