El huracán Michael, rápido y furioso, se fortaleció hasta convertirse en una tormenta de categoría 3 mientras se lanzaba hacia el Panhandle de Florida este martes, con vientos de 190 km/h y una potencial marejada de cuatro metros, lo que da a decenas de miles de personas poco tiempo para salir.
Mientras que la tormenta del mes pasado, Florence, duró cinco días entre el momento en que se convirtió en un huracán y el momento en que llegó a las Carolinas, Michael le dio a Florida lo que representó un aviso de dos días. Se convirtió en un huracán el lunes, y para el martes, más de 140,000 personas estaban bajo órdenes obligatorias de evacuación.
Los residentes costeros se apresuraron a resguardar sus hogares y amontonar sacos de arena contra sus propiedades para protegerlas del huracán que se dirigía hacia el norte a 12 km / h.
A partir de las 5 p.m. ET, Michael, al que el gobernador de Florida Rick Scott llamó “huracán monstruoso”, estaba a unos 475 kilómetros al sur de la playa de la ciudad de Panamá. Sus vientos habían aumentado a 190 km / h.
Pero a pesar de la creciente fuerza de la tormenta, algunos funcionarios estaban especialmente preocupados por lo que no estaban viendo, una oleada de evacuados. “No veo el nivel de tráfico en las carreteras que esperaría cuando hemos llamado a la evacuación del 75 por ciento de este condado”, dijo el alguacil del condado de Bay, Tommy Ford.
Michael podría arrojar hasta 30 centímetros de lluvia sobre algunas comunidades de Panhandle antes de que se extienda por el sureste y regrese al mar a través de los estados del Atlántico medio durante los próximos días.
