Existen en la vida, tantas interpretaciones como personas hay. Cada ser humano decodifica la información en base a la cultura que ha desarrollado, tanto en su herencia familiar como en el lugar donde ha decidido nacer y la información que aquel espacio sustenta.
Con base en esta premisa, las interpretaciones pueden ser antojadizas, basándose en la necesidad de manejo o control de las situaciones, comunidades, personas o lugares. Existe una de aquellas interpretaciones que durante siglos fue manipulada por un sector importante de la humanidad, la que a través de lograr su objetivo de esclavización, consiguió sustentar una sola palabra, en un concepto barato de maldad, egoísmo o simplemente como fundamento de despotismo.
Me refiero a la significación que se le dio a la palabra HEREJE, cuyo real significado viene del griego HAIRETIKOS, que literalmente significa EL QUE ES LIBRE DE ELEGIR. Por siglos y siglos, la iglesia ha usado este concepto como una forma de implantar el miedo a fin de lograr el dominio de la humanidad. Durante largo tiempo se ha manifestado como un “pecado” el libre albedrio, lo que ha traído como consecuencia grandes crímenes y abusos en función de querer ser diferente y pensar en forma independiente.
Asimismo se bendicen armas en pos de lograr la paz, pidiendo ser los ganadores de una guerra que es infinita y que continúa en el tiempo, como otra forma de opresión en el manejo colectivo. La guerra es el negocio más rentable en términos económicos, sin importar el costo humano que esta trae consigo.
¿Cuál sería la interpretación que hemos de darle a todo esto? La lógica dice que hemos de ir mas allá de las palabras, buscar significados más profundos a fin de sobrepasar aquellas manifestaciones lingüísticas que nos han intentado introducir en nuestro subconsciente y que han sido tan perjudiciales.
En el pasado existía muchísima ignorancia al respecto, hoy todo está cambiando, nuestro planeta ha despertado su consciencia y con ella, la humanidad toda. Hoy tenemos permiso de ser herejes y convertirnos en seres libres.
Ya no necesitamos bendecir armas para ganar una guerra, hoy solo necesitamos bendecir nuestro propio espíritu sin intervenciones de terceros para alcanzar estados de armonía, paz y felicidad. Hoy tenemos la facultad de decidir si queremos seguir siendo esclavizados bajo conceptos antojadizos o bien trascender el lenguaje hasta alcanzar el silencio y optar por la belleza de la vida en lugar de la destrucción.
No olvidemos jamás que como seres libres, tenemos el derecho humano y divino de escoger nuestra propia opción de ser herejes o dejarnos llevar por el colectivo inconsciente y continuar siendo ovejas del montón.
PAOLA RIOSECO PRADO
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