El 23 de abril de 1946, Enrico Piaggio registró en la ciudad de Pontedera la patente de la motocicleta que sería símbolo de la libertad durante más de 50 años: la Vespa.
Rinaldo Piaggio fue un empresario y senador italiano que fundó la empresa Piaggio con el fin de incursionar en el mundo de la construcción de locomotoras y vagones para trenes. Una vez comenzada la Primera Guerra Mundial, la compañía dio un giro y se dedicó a la construcción de aviones de combate.
Esta actividad se mantuvo durante la Segunda Guerra Mundial, pero debido a la crueldad de la guerra la empresa familiar se vio afectada por los bombardeos.
Tras la muerte de Rinaldo Piaggio, su hijo Enrico fue el que se hizo cargo del negocio familiar. La primera decisión que tomó fue la de abandonar la fabricación de aviones para fabricar un vehículo más liviano y de bajo coste que pudiera ser accesible para todas las personas.
En pro de este objetivo se unió al ingeniero aeronáutico Corrado D’Ascanio, quien diseñó un vehículo con un aspecto revolucionario ya que ubicaba el motor del lado derecho de la rueda posterior. Cuando D’Ascanio le enseñó su creación a Piaggio, este respondió: “Bello, mi sembra una vespa” (bonita, me recuerda a una avispa).
Desde que fue puesto a la venta el primer modelo de este vehículo, ha estado asociado a la idea de libertad ya que representó en su momento la oportunidad de acceder a un vehículo económico y que permitía una movilidad individual inédita para la época.
Es tal la popularidad de la Vespa, que ha aparecido en numerosas producciones de Hollywood y ha sido manejada por innumerables estrellas como Audrey Hepburn, quién protagonizó junto a Gregory Peck la cinta Vacaciones en Roma cuyo poster mostraba a la actriz al mando del popular scooter.
Desde el año 2006 se celebra el Día Mundial de la Vespa (2018 será el turno de Belfast, del 14 al 17 de junio), donde innumerables clubes Vespa de todo el mundo se reúnen para compartir sus experiencias a bordo de la motocicleta más popular del mundo.
