Estando ad portas de finalizar otro año, donde la rutina fiestera se manifiesta con fuegos artificiales, regalos, parabienes y tantas otras intenciones, y a su vez las personas entran en una vorágine para comprar obsequios y desearle al otro lo mejor para su vida.
Cada año que transcurre tiene una nueva estrategia de ventas, a través de la cual los grandes y pequeños negocios obtienen sus ganancias y sacan grandes o pequeños beneficios.
La actitud de las personas, es una urgente necesidad de estar acompañado, sentirse amado y disfrutar de la familia, de estar en una corriente de festejo que necesariamente está obligada al regocijo, pase lo que pase o viva lo que esté viviendo.
Ahora bien, ¿Qué pasaría si aquel disfrute se manifestara solo como una ofrenda hermosa a la belleza del ser?, ¿Qué sin sentir necesidad alguna compartiera lo más sagrado de sí mismo?, me refiero a concretar algo para desarrollar la paz del corazón, donde el anuncio ya sea desde un aspecto religioso o de la verdad profunda de cada uno, le diera la bienvenida a una energía sinérgica, donde todos los corazones se abrieran al unísono y se dejara de actuar con el flujo de la mente, lugar desde donde se construye la destrucción y la desunión de la humanidad.
Estamos entrando a otra era, donde la comprensión de lo más profundo se está haciendo presente, donde la sencillez y la serenidad están tomando su lugar, donde el cosismo y el materialismo se están dejando de lado, como una clara forma de plantear un nuevo renacer.
Estas son fechas, como todas la fechas de la vida, donde no se necesita comprar un regalo para manifestar amor, tampoco tener armas para lograr paz, es la era en que el corazón está tomando su lugar y está ofreciendo espacio para conectar con una creación distinta, donde cada ser humano toma su lugar y su propio y personal poder, con el claro objetivo de ofrecer el cambio hacia una verdadera era de paz. Ya no somos las marionetas que seguimos los pasos de aquellos que profitaron de la buena voluntad humana, ya las verdades están saliendo una a una y hoy, la humanidad entera tiene la posibilidad de disfrutar de todos los días de su vida, su propia paz interna y como resultado final la paz externa, sin necesariamente vivirlo en una fecha determinada.
Si quieres ser el cambio, comienza por ti mismo.
PAOLA RIOSECO PRADO
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