En un suceso que parece sacado de una novela de aventuras o de alguna película de Hollywood, una menor de edad proveniente de África Occidental se convirtió inadvertidamente en la protagonista de una historia real que ha conmocionado al mundo. Migración Colombia confirmó que la niña vivió escondida en las instalaciones del Aeropuerto Internacional El Dorado, de Bogotá, durante 10 días, en un hecho sin precedentes que desafía toda ficción.
Según los hechos relatados por la autoridad migratoria, la joven llegó a territorio colombiano el 7 de diciembre de un año aún no precisado, proveniente de la exótica ciudad de Estambul, en Turquía, acompañada por dos adultos presuntos familiares. Al principio, los tres se situaron en la zona de vuelos internacionales, donde pensaban dar inicio a una nueva vida en América Latina. Pero el destino les tenía preparada una trama diferente, casi como sacada de un guión cinematográfico.
foto Migración Colombia
Dos días después de su llegada, mientras la pequeña dormía, sucedió algo inesperado y traumático: los adultos que la acompañaban se esfumaron, dejándola sola y desamparada en un país desconocido. Sin saber qué hacer y sin un protector a la vista, la niña tomó una decisión impresionante por su ingenio y valentía: se ocultó en el aeropuerto. Allí, en ese laberinto de pasillos, tiendas y salas de espera, la menor encontró refugio en el lugar menos pensado: los baños de la terminal aérea.
Fernando García, director general de Migración Colombia, reveló en una entrevista con Noticias Caracol la manera en que la menor logró pasar inadvertida durante tantos días. La clave estuvo en su comportamiento escurridizo, típico en quienes se encuentran envueltos en alguna irregularidad documental o migratoria. Estaba asustada y a la espera de ser rescatada en un país que le era ajeno en todos los sentidos.
Este insólito evento recalca de manera dramática cómo la realidad puede superar a la ficción en ciertas ocasiones. Una niña sola en el moderno y agitado escenario de un aeropuerto internacional es una imagen que nos remite a narrativas ficticias, pero cuando sucede en la vida real, nos enfrenta a la necesidad de prestar mayor atención y cuidado a los más vulnerables entre nosotros. Este caso saca a la luz las complicaciones y el lado humano de los procesos migratorios, especialmente cuando involucran a menores de edad.
El personal del aeropuerto está siendo elogiado por su diligencia al descubrir a la niña y Migración Colombia ha iniciado ya los procedimientos correspondientes para garantizar su bienestar y seguridad. Pero su historia sigue tocando las fibras más profundas de nuestra sociedad, recordándonos que, a veces, la realidad no solo supera la ficción, sino que nos obliga a reflexionar sobre nuestras propias responsabilidades como ciudadanos del mundo.