El horario de verano comienza el domingo 11 de marzo y los relojes avanzarán una hora a las 2 a.m. Una vez más, aproximadamente 34 millones de canadienses perderán una hora de sueño, una señal de que el invierno casi ha terminado.
Sin embargo, no todas las provincias estarán pasando por este cambio ya que el horario de verano está regulado provincia por provincia, señala el Consejo Nacional de Investigación. Las excepciones en Canadá incluyen a Saskatchewan y pequeñas partes del norte de Ontario, Columbia Británica y Nunavut.
Introducido por primera vez en Canadá hace 100 años como una forma de ahorrar carbón, el proyecto ahora es un ritual anual de ocho meses tolerado puramente debido a la creencia de que es bueno para nosotros.
No obstante, algunas investigaciones señalan que el ahorro energético no es tan significativo como se cree y la salud podría verse afectada. Un estudio realizado por la Academia Estadounidense de Neurología en 2016 encontró que el riesgo de tener un accidente cerebrovascular isquémico durante los dos primeros días después de una transición de horario de verano aumentó en un ocho por ciento.
El cambio también puede aumentar el riesgo de ataque cardíaco, según un estudio de 2014 del American College of Cardiology. De hecho, los investigadores encontraron un aumento del 25 por ciento en el número de ataques cardíacos que ocurren el lunes después de que “avanzamos” en comparación con otros lunes durante todo el año.
Oportunidad de prevención
Windsor Fire & Rescue Services recomienda a las personas que instalen nuevas baterías en sus alarmas de humo y monóxido de carbono cuando cambian sus relojes.
“Una vez al año, las baterías viejas deberían reemplazarse por baterías nuevas”, dijo el Jefe de Bomberos Steve Laforet en un comunicado de prensa. “Para que las alarmas de humo y monóxido de carbono hagan su trabajo, deben tener baterías que funcionen”.