Este miércoles, por tercer día consecutivo y por segunda vez en menos de un mes, Venezuela siguió paralizada por un apagón nacional que detuvo la actividad del país petrolero y sumió en la desesperación a sus habitantes, sin solución a la vista.
El país de 30 millones de habitantes, volvió a quedar a oscuras el lunes a la 1:22 p.m. hora local, apenas pocos días después de la peor falla eléctrica de su historia, que se inició el 7 de marzo y duró casi una semana.
La falla del sistema eléctrico también volvió a colapsar el suministro de agua, el transporte de metro en la ciudad capital, las redes de telefonía e internet y la banca electrónica, una plataforma vital ante la falta de efectivo que genera la voraz hiperinflación.
El problema no solo afecta a la capital, el corte y la intermitencia del servicio, afectó a 21 de los 23 estados, según reportes de usuarios en redes sociales. Se desconocen las cifras oficiales, ya que el gobierno socialista no suele dar informes del impacto de este tipo de emergencias.
Los apagones y cortes espontáneos de energía eléctrica no son algo nuevo en Venezuela, desde hace varios años, el país sufre la crisis energética con “planes de administración de carga” por parte del Gobierno que no han logrado darle solución al problema.
Sin embargo, hasta ahora los cortes de suministro ocurrían con mayor frecuencia en el interior del país y tenían una duración entre 2 horas y 8 horas. En algunos casos, la falla llegó a persistir más de 24 horas en algunos estados, pero nunca se había visto afectado el país en simultáneo.
Mientras Maduro argumenta que se trata de un “ataque terrorista”, el presidente interino Guaidó alega que esta es una muestra más de la ineficiencia y corrupción del Gobierno, que ha dejado deteriorar todos los sistemas del país.
