Un hombre de Alberta, fue sentenciado a ocho años de presión, tras ser encontrado culpable de violar a su hija de 15 años. La niña fue abusada sexualmente en 2015, y unos meses después denunció a su padre.
En una declaración de impacto de la víctima antes de la sentencia, la joven escribió que deseaba ser una adolescente normal en lugar de vivir con miedo y experimentar recuerdos que la ponen físicamente enferma.
“No tengo más remedio que aguantar el recuerdo: un terrible carrusel de pesadilla que se detiene tan abruptamente como comienza. Odio esos flashbacks estúpidos. Los odio mucho” escribió.
La identidad del hombre no fue revelada para proteger la de su hija. Tras un voir dire, un juicio dentro de un juicio para determinar si la evidencia es admisible, que comenzó a principios de este mes, el hombre se declaró culpable de tres delitos relacionados con el abuso: tocar con fines sexuales, hacer pornografía infantil y tener relaciones sexuales intencionales con su hija.
De acuerdo con una declaración de hechos acordada, el padre le dijo a la madre y madrastra de la niña que la sacaría a cazar durante el fin de semana del 16 de enero de 2015. En cambio, la llevó a Edmonton desde Grande Prairie y se registró en una suite en el Hotel Fantasyland en West Edmonton Mall.
Una vez en la habitación, la obligó a consumir alcohol y un narcótico desconocido, diciéndole que se lo acabara. Luego, el padre la obligó a usar lencería y posar mientras tomaba fotos antes de agredirla sexualmente.
Cuando ella le dijo que estaba sufriendo, se enojó y continuó el abuso. La llevó a Grande Prairie al día siguiente. La niña lo denunció a la policía el 21 de abril de 2015.
La jueza de la Corte Suprema de Justicia de la Reina, Avril Inglis aceptó una presentación conjunta sobre la sentencia por un período de prisión de ocho años, imponiendo una prohibición de armas y ordenando al hombre que presente una muestra de ADN a una base de datos federal.
También estará sujeto a una prohibición para comunicarse con personas menores de 16 años. La orden además le impide asistir a cualquier ubicación o trabajo, posición de voluntario o posición de poder donde estaría en contacto con una persona menor de 16 años.
Debido a la orden, no se le permitirá ver a sus dos hijos sin un supervisor y el permiso del tribunal. Inglis también dejó constancia de que a su esposa no se le permitirá ser el supervisor en las visitas de los menores.
Cuando se le dio la oportunidad de dirigirse al tribunal, el hombre reiteró una solicitud anterior que el juez ya había negado, solicitando que se le permitiera llevar a su esposa a casa y abrazar a sus dos hijos antes de comenzar su sentencia.
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